"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones" (Isa. 14:12).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, "El origen del mal", pp. n-23; El conflicto de los siglos, "El origen del mal y del dolor", pp. 546-558.
"No había esperanza posible para la redención de quienes [Satanás y sus ángeles] habían presenciado y disfrutado de la inexpresable gloria del cielo, y habían visto la terrible majestad de Dios, y en presencia de toda esta gloria se habían rebelado contra él. No hubo ninguna exhibición nueva ni maravillosa del exaltado poder de Dios que pudiera impresionarlos tan profundamente como las que ya habían experimentado. Si pudieron rebelarse en la misma presencia de una gloria inexpresable, no podían ser puestos en una condición más favorable para ser probados. No había reserva de poder, ni mayores alturas ni profundidades de gloria infinita para dominar sus celosas dudas y sus rebeldes murmuraciones. Su culpa y su castigo debián ser proporcionales a sus exaltados privilegios en las cortes celestiales" (Con 21).
"Desde el principio, Dios y Cristo sabían de la apostasía de Satanás y de la caída del hombre por causa del poder seductor del apóstata. Dios no ordenó que el pecado existiese, sino que previó su existencia, e hizo provisión para enfrentar la terrible emergencia. Tan grande fue su amor por el mundo que se comprometió a dar a su Hijo unigénito, 'para que todo aquel en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna' (Juan 3:16)" (DTG 13, 14).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- En clase, diluciden la pregunta de si Dios es el responsable último del origen y la existencia del mal en nuestro mundo. ¿Cómo podríamos tratar de responder a esa acusación?
- ¿Cómo encaja la Cruz con nuestra percepción de toda esta cuestión del mal? ¿Por qué la Cruz y lo que sucedió allí deben ser fundamentales para cualquier interpretación del origen del mal?
- Después de tantos milenios de pecado y sufrimiento en nuestro mundo, Satanás debería ser plenamente consciente de las trágicas consecuencias de su rebelión. Entonces, ¿por qué sigue rebelándose contra Dios?
- En Mateo 5:43 al 48, Cristo habla del amor incondicional de Dios por todos los seres humanos como el modelo para todas nuestras interacciones. ¿Cómo puedes seguir más de cerca este patrón con tu familia y tu iglesia?
- El apóstol Pedro nos advierte que "el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Ped. 5:8). Lee también Efesios 6:10 al 20. ¿Cómo podemos vencer las "asechanzas del diablo" (Efe. 6:11)?