“Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tes. 5:21).
LOS SANTOS EN EL PURGATORIO
La Iglesia Católica Romana sostiene que los muertos que no merecen el infierno pero que aún no están listos para el paraíso pueden purgar sus pecados en el purgatorio y luego ascender de allí al paraíso. Sus sufrimientos en el purgatorio pueden reducirse con las oraciones y las penitencias de sus seres queridos.
El Catecismo de la Iglesia Católica es explícito sobre el purgatorio: “Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su salvación eterna, sufren una purificación después de su muerte, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en el gozo de Dios” (Catecismo de la Iglesia Católica, parte 1, secc. 2, cap. 3, art. 12, párr. 1.030). Señala, además, que su sufrimiento puede aliviarse con las oraciones de sus seres queridos, así como con otros actos en favor de los muertos. “La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos” (Catecismo de la Iglesia Católica, parr. 1.032).
Lee Eclesiastés 9:10, Ezequiel 18:20 al 22 y Hebreos 9:27. ¿Cómo refutan estos pasajes la teoría del purgatorio?
El dogma del purgatorio combina la noción pagana de un infierno ardiente con la práctica pagana de orar por los muertos. Este dogma es inaceptable para quienes creen en las enseñanzas bíblicas (1) de que los muertos descansan en forma inconsciente en sus tumbas (Ecl. 9:10); (2) que la justicia de un ser humano caído no se puede transferir a otro ser humano caído (Eze. 18:20-22); (3) que nuestro único Mediador es Jesucristo (1 Tim. 2:5); y (4) que a la muerte le sigue el Juicio Final, sin ninguna segunda oportunidad para arrepentirse de las trampas de esta vida (Heb. 9:27).
Una implicación aún más seria es hasta qué punto la teoría antibíblica del purgatorio distorsiona el propio carácter de Dios. De hecho, “la obra de Satanás desde su caída es malinterpretar a nuestro Padre celestial. Él sugirió el dogma de la inmortalidad del alma. [...] La idea de un infierno que arde eternamente es fabricación de Satanás; el purgatorio es invención suya. Estas enseñanzas falsifican el carácter de Dios, para que se lo tenga por severo, vengativo, arbitrario y falto en perdonar” (Manuscrito 51, 10/12/1890). En vez de que los muertos esperen la venida de Cristo dormidos, este concepto sostiene que están en el purgatorio, y que allí sufren hasta que alguien logre sacarlos.
Los errores como el purgatorio o el tormento eterno ¿qué nos enseñan sobre la importancia de la doctrina? ¿Por qué es importante lo que creemos y no solo en quién creemos?