“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Cor. 11:14, 15).
EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE
Algunos de los argumentos modernos más populares para “demostrar” la teoría de la inmortalidad natural del alma son las “experiencias cercanas a la muerte”. En su libro Vida después de la vida: Nuevas investigaciones sobre el fenómeno de la supervivencia tras la muerte física, Raymond A. Moody (h) presentó los resultados de un estudio de cinco años en más de cien personas que experimentaron “muerte clínica” y revivieron. Estas personas afirmaron haber visto a un ser de luz amoroso y cálido antes de volver a la vida. A esto se lo ha considerado una “evidencia emocionante de la supervivencia del espíritu humano más allá de la muerte” (contraportada). Con los años, se han publicado muchos otros libros similares que promueven la misma idea. (Ver la lección 2.)
Lee los relatos de la resurrección de 1 Reyes 17:22 al 24; 2 Reyes 4:34 al 37; Marcos 5:41 al 43; Lucas 7:14 al 17; y Juan 11:40 al 44. ¿Cuántos de ellos hablan de algún tipo de existencia consciente en la muerte por parte de los que resucitaron y por qué es importante esa respuesta?
Todas las experiencias cercanas a la muerte informadas en la literatura moderna pertenecen a personas consideradas clínicamente muertas, pero no realmente muertas; en contraste con Lázaro, quien estuvo muerto durante cuatro días y cuyo cadáver ya se estaba corrompiendo (Juan 11:39). Ni Lázaro ni ninguno de los resucitados de entre los muertos en los tiempos bíblicos mencionaron alguna experiencia en el más allá, ya sea en el paraíso, en el purgatorio o en el infierno. Por supuesto, este argumento parte del silencio, ¡pero concuerda plenamente con las enseñanzas bíblicas sobre el estado inconsciente de los muertos!
Pero ¿qué sucede con las experiencias “cercanas a la muerte” que se exponen tan comúnmente hoy? Si aceptamos la enseñanza bíblica de la inconsciencia de los muertos (Job 3:11-13; Sal. 115:17; 146:4; Ecl. 9:10), entonces básicamente nos quedan dos posibilidades: o es una alucinación psicoquímica natural bajo condiciones extremas; o puede ser una experiencia satánica, engañosa y sobrenatural (2 Cor. 11:14). De hecho, el engaño satánico podría ser la explicación, ¡especialmente porque en algunos casos estas personas afirman haber hablado con sus parientes muertos! Pero podría ser una combinación de ambos factores.
Con este engaño generalizado, y tan convincente para muchos, es crucial que nos apeguemos firmemente a la enseñanza de la Palabra de Dios, a pesar de cualquier experiencia que nosotros u otros podamos tener que vaya en contra de lo que enseña la Biblia.
Qué interesante es que las ECM muchas veces ahora conlleven la insignia de “ciencia”. ¿Qué nos enseña esto acerca de cuán cuidadosos debemos ser incluso con las cosas que la ciencia supuestamente “demuestra”?