“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes. 5:23).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El ministerio de curación, “La cura mental”, pp. 185-200; La edificación del carácter, “Verdaderas y falsas teorías en contraste”, pp. 5-15. “La gran controversia está llegando a su final. Cada informe de calamidad que ocurre en el mar o en la tierra es un testimonio del hecho de que el fin de todas las cosas está por sobrevenir. Las guerras y los rumores de guerras así lo declaran. El Señor viene. Oímos los pasos de un Dios que se acerca” (MSV 226).
“Vivan la vida de fe día tras día. No se vuelvan ansiosos ni se aflijan por el tiempo de angustia, para no tener un tiempo de angustia por anticipado. No sigan pensando: ‘Me temo que no resistiré en el gran día de la prueba’. Deben vivir para el presente, solo para este día. El mañana no es suyo. Hoy deben asegurar la victoria sobre el yo. Hoy deben vivir una vida de oración. Hoy deben pelear la buena batalla de la fe. Hoy deben creer que Dios los bendice. Y, a medida que obtengan la victoria sobre las tinieblas y la incredulidad, satisfarán los requerimientos del Maestro y llegarán a ser una bendición para quienes los rodean” (Signs of the Times, 20/10/1887).
“El Señor viene pronto, y debemos estar preparados para salir a su encuentro en paz. Resolvamos hacer todo lo que podamos para impartir luz a los que nos rodean. No debemos estar tristes, sino gozosos, y debemos tener al Señor Jesús siempre delante de nosotros [...]. Debemos estar listos y esperar su venida. ¡Cuán glorioso será verlo y recibir la bienvenida como sus redimidos! Hemos esperado mucho, pero nuestra fe no debe menguar. Si solo podemos ver al Rey en su hermosura, seremos benditos para siempre. Siento que debo gritar: ‘¡Al hogar!’ Se acerca el tiempo cuando Cristo vendrá con poder y gran gloria para llevar a sus redimidos a su eterno hogar” (SVC 259).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- ¿Cómo puede la noción de la persona (cuerpo, alma y espíritu) como un todo indivisible e íntegro ayudarnos a comprender mejor el alcance integral de la religión y la importancia de nuestro estilo de vida personal?
- Todos los verdaderos avivamientos y reformas son teocéntricos (centrados en Dios), nunca antropocéntricos (centrados en el comportamiento humano). ¿Cómo ilustra este principio la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos (ver Luc. 18:9-14)?
- En clase, analicen sus respuestas a la última pregunta del jueves. ¿Cómo pueden saber si están preparados y pueden tener seguridad sin ser presuntuosos?