“Y todo lo que hagan, háganlo con todo el corazón, como para el Señor y no para los hombres; seguros de que recibirán del Señor la recompensa de la herencia; porque ustedes sirven a Cristo el Señor” (Col. 3:23, 24).

TRABAJAR CON INTEGRIDAD

miércoles 22 de febrero, 2023

Otra fase de una vida “exitosa”, la última fase, tiene el potencial de ser la más placentera, si las decisiones de los primeros años han sido sabias y no se han arruinado por hechos inesperados. En una situación ideal, los padres han criado a sus hijos para que sean adultos independientes, la vivienda está pagada, las necesidades de transporte están satisfechas, no hay deudas pendientes y hay un flujo de ingresos suficiente para satisfacer las necesidades de la familia de los adultos mayores.

Dios llama a sus hijos a un nivel más elevado en el trabajo y la vida. Esa norma es la Ley de Dios escrita en nuestro corazón (ver Jer. 31:33) y que se refleja en nuestro carácter. A medida que la sociedad se vaya erosionando y la enseñanza cristiana se vaya diluyendo y minimizando, se volverá aún más importante para el cristiano vivir y trabajar a un nivel irreprochable. La Biblia dice: “Vale más el buen nombre que las muchas riquezas, y ser estimado es mejor que la plata y el oro” (Prov. 22:1).

La Biblia registra casos de empleadores que reconocieron que fueron bendecidos por tener un empleado piadoso. Cuando Jacob deseó dejar a su suegro Labán y regresar con su familia a su tierra natal, Labán le rogó que no se fuera, diciendo: “Halle yo gracia en tus ojos, y quédate. Me he dado cuenta de que el Señor me ha bendecido por tu causa” (Gén. 30:27). Y cuando José fue vendido como esclavo en Egipto, su amo, Potifar, hizo una observación similar sobre el trabajo de José y lo recompensó por ello.

Lee Génesis 39:2 al 5. Aunque los versículos no lo mencionan específicamente, ¿qué te imaginas que habrá hecho José para que su amo lo mirara tan favorablemente?

“Así, si comen, o beben, o hacen otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31). Por ende, al trabajar, administrarnos económicamente o cualquier otra cosa que hagamos, debemos hacerlo todo para la gloria de Dios. Él es quien nos da el conocimiento y la fuerza para triunfar en la vida.

“Señor, tuya es la magnificencia, el poder y la gloria, la victoria y el honor, porque todo lo que está en los cielos y en la tierra es tuyo. Tuyo, Señor, es el reino; tú eres excelso y soberano sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todos. En tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano está engrandecer y dar poder a todos” (1 Crón. 29:11, 12).

¿Cuáles son los principios que sigues, no solo en el trabajo, sino en la vida en general? ¿Qué cambios necesitas hacer posiblemente?