“Y todo lo que hagan, háganlo con todo el corazón, como para el Señor y no para los hombres; seguros de que recibirán del Señor la recompensa de la herencia; porque ustedes sirven a Cristo el Señor” (Col. 3:23, 24).
LOS AÑOS PRODUCTIVOS
Como hemos visto, Dios tenía la intención de que la humanidad trabajara de una u otra forma. Esta parte de nuestra vida (los años de trabajo) suele durar unos cuarenta años. Para muchos, este es el momento de tener hijos y de educarlos, y de adquirir la casa y otras compras importantes. Este puede ser un período muy intenso desde el punto de vista financiero. Es una etapa muy sensible, porque la familia está aprendiendo a trabajar en conjunto y sus miembros están creando lazos para toda la vida. El estrés financiero puede arruinar el matrimonio en esta etapa, y ocurre con frecuencia. Las familias en las que ambas partes tienen un compromiso cristiano y están dispuestas a seguir los principios bíblicos son mucho más estables.
Lee 1 Timoteo 5:8; Proverbios 14:23; y Colosenses 3:23 y 24. ¿Qué aspectos importantes nos hablan sobre las finanzas del hogar?
En muchos casos, el marido es el principal sostén de la familia, aunque a menudo ambos cónyuges trabajan. Por supuesto, pueden surgir circunstancias inesperadas (enfermedad, recesión económica y otras) que dificulten este ideal. Por ende, la gente necesita adaptarse a estos cambios.
A los hijos que vienen al mundo durante esta etapa de la vida se los llama “don del Señor” (Sal. 127:3). Debemos recordar que los hijos traen consigo una gran responsabilidad. El objetivo de los padres cristianos es educar a sus hijos para que se conviertan en adultos independientes en esta vida y prepararlos para la vida venidera. Estos tres aspectos ayudarán a los padres:
- Proveer un entorno cristiano en el hogar. Esto incluye hacer el culto familiar en forma regular e interesante, asistir regularmente a la Escuela Sabática y a la iglesia, y ser fieles en los diezmos y las ofrendas. Estos son buenos hábitos para formar en los primeros años de vida.
- Enseñarles a tener disposición y aprecio por el trabajo. Los hijos descubrirán que la diligencia y la integridad en el trabajo nunca pasan desapercibidas; se aprecian y se recompensan. Aprenderán que recibimos dinero como resultado de brindar tiempo a los demás al realizar tareas que son valiosas para ellos.
- Contribuir a una buena educación. La educación es costosa en la actualidad, especialmente la educación cristiana en escuelas privadas. Pero, para los padres con planes para sus hijos, no solo para esta vida sino también para la venidera, vale la pena el costo.
Por supuesto, no importa lo que hagan, nadie tiene ninguna garantía sobre la dirección que tomarán sus hijos. ¿Por qué es importante que los padres no se culpen por las decisiones equivocadas que puedan tomar sus hijos mayores?