“Ofrece a Dios sacrificios de alabanza, y paga tus votos al Altísimo, e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás” (Sal. 50:14, 15).

CUANDO NADIE PUEDA COMPRAR NI VENDER

jueves 16 de marzo, 2023

La Biblia pinta un cuadro doloroso del mundo antes de la segunda venida de Jesús. Daniel habla de un “tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” (Dan. 12:1). Si tomamos en cuenta algunos de los tiempos difíciles del pasado, debe ser bastante malo a lo que él se refiere aquí.

El libro de Apocalipsis también apunta a tiempos difíciles antes del regreso de Cristo.

Lee Apocalipsis 13:11 al 17. ¿Cómo encajan los aspectos financieros con la persecución del tiempo del fin?

¿No se podrá comprar ni vender? ¿Cuánto de nuestra vida actual gira en torno a la compraventa? El trabajo es, en cierto sentido, la venta de nuestros tiempo, habilidades y bienes a quienes quieran comprarlos. No poder comprar o vender prácticamente significa no poder funcionar en sociedad. La presión sobre los que permanezcan fieles será, entonces, enorme. Además, cuanto más dinero tengas, más participación tendrás en este mundo, al menos en términos de posesiones materiales, y así, seguramente, la presión para amoldarte será aún más fuerte.

¿Cómo nos preparamos, entonces? Nos preparamos ahora, asegurándonos por la gracia de Dios de no ser esclavos de nuestro dinero, de las cosas del mundo. Si no estamos atados a ellos ahora, no lo estaremos cuando, para conservarnos fieles, tengamos que renunciar a ellos.

Lee Deuteronomio 14:22 y la última parte del versículo 23. ¿Qué debía hacer el pueblo de Dios con su ganancia o producción cada año? ¿Por qué Dios le pidió que hiciera esto?

Dios explicó a través de Moisés que una de las razones por las que estableció el sistema de diezmos era “para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días” (Deut. 14:23, RVR). En el paralelismo poético del Salmo 31:19, vemos que temer es sinónimo de esperar o confiar.

“¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!”

Estos versos paralelos nos muestran que temer al Señor es confiar en él. Por lo tanto, entendemos que Dios estableció el sistema del diezmo para protegernos del egoísmo y animarnos a confiar en que él proveerá para nosotros. Si bien ser fiel en el diezmo ciertamente no es una garantía de que las personas se mantendrán fieles al final, quienes no son fieles en el diezmo seguramente se están metiendo en problemas.