“Entonces vi otro ángel que volaba por el cielo con el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la Tierra, a toda nación y tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14:6).
UN LIBRO DE ESPERANZA LLENO DE GRACIA
Al considerar el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, la mayoría no piensa en la gracia de Dios. Cuando contemplan el mensaje de Dios para los últimos días, sus pensamientos a menudo se fijan inmediatamente en las bestias aterradoras, los símbolos místicos y las imágenes extrañas. El libro del Apocalipsis asusta y tranquiliza a muchos por igual; lo que es una pena porque, en realidad, está saturado de gracia y lleno de esperanza. Es decir, aun en medio del mensaje de bestias aterradoras, las advertencias de persecución y los tiempos difíciles que vendrán, Dios todavía así nos da razones para regocijarnos en su salvación.
Lee Apocalipsis 1:1 al 3 y 14:6. ¿Cómo nos hablan estos versículos en conjunto, no solo del libro de Apocalipsis, sino también del “evangelio eterno”?
Todo el Apocalipsis trata acerca de Jesús. Es el mensaje para su pueblo, y especialmente se aplica a la iglesia de los últimos días. Es un mensaje lleno de gracia acerca de nuestra esperanza para el tiempo del fin. De punta a cabo del libro, se describe a Cristo como el Cordero inmolado, y se promete una bendición a quienes lean, entiendan y actúen sobre las verdades reveladas.
Según Apocalipsis 1:5 y 6, Jesús es el que “nos ama y que con su sangre nos libró de nuestros pecados, y nos constituyó en un Reino de sacerdotes para servir a Dios, su Padre”. En Cristo tenemos perdón. La gracia perdona nuestro pasado, empodera nuestro presente y nos ofrece esperanza para el futuro. Es decir, en Cristo nos libramos del castigo y el poder del pecado, y un día pronto nos libraremos de la presencia del pecado. Este es el mensaje del último libro de la Biblia, el Apocalipsis.
Y también es un mensaje urgente, que primeramente se ilustra como un ángel que vuela rápidamente en medio del cielo con el “evangelio eterno”.
¿El evangelio? ¿La salvación por la fe en Cristo? ¿La muerte expiatoria de Cristo en nuestro lugar? ¿La promesa de la vida eterna no por lo que nosotros podamos hacer, sino por lo que Cristo ha hecho por nosotros? ¿Todo esto está al principio del mensaje de los tres ángeles? ¡Exactamente!
No es de extrañar, entonces, que sean mensajes llenos de gracia, llenos de esperanza, y promesas para nosotros como seres quebrantados y sufrientes.
Aunque nos resulte fácil enfocarnos en las bestias y las advertencias de los últimos días que aparecen en el Apocalipsis, ¿cómo podemos aprender a equilibrar todo esto con lo que indudablemente es el mensaje más importante del Apocalipsis: la muerte abnegada de Cristo en nuestro favor?