“Decía a gran voz: ‘¡Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adoren al que hizo el Cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas’ ” (Apoc. 14:7).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Contempla las poderosas revelaciones que el Espíritu de Profecía nos da con respecto al estado del pueblo de Dios en los últimos días, en el tiempo del Juicio y el fin del mundo.
“Su única esperanza se cifra en la misericordia de Dios; su única defensa será la oración. Como Josué intercedía delante del ángel, la iglesia remanente, con corazón quebrantado y fe ferviente, suplicará perdón y liberación por medio de Jesús, su Abogado. Sus miembros serán completamente conscientes del carácter pecaminoso de su vida, verán su debilidad e indignidad, y mientras se miren a sí mismos, estarán por desesperar. El tentador estará listo para acusarlos, como estaba listo para resistir a Josué. Señalará sus vestiduras sucias, su carácter deficiente. Presentará su debilidad e insensatez, su pecado de ingratitud, cuán poco semejantes a Cristo son, lo cual ha deshonrado a su Redentor. [...]
“Los hijos de Dios han sido muy deficientes en muchos aspectos. Satanás tiene un conocimiento exacto de los pecados que él los indujo a cometer, y los presenta de la manera más exagerada, declarando: ‘¿Nos desterrará Dios a mí y a mis ángeles de su presencia, y sin embargo recompensará a aquellos que han sido culpables de los mismos pecados? Tú no puedes hacer esto con justicia, oh Señor. Tu Trono no subsistirá en rectitud y juicio. La justicia exige que se pronuncie sentencia contra ellos’.
“Pero, aunque los seguidores de Cristo han pecado, no se han entregado al dominio del mal. Han puesto a un lado sus pecados, han buscado al Señor con humildad y contrición, y el Abogado divino intercede en su favor. El que ha sido el más ultrajado por su ingratitud, el que conoce sus pecados y también su arrepentimiento, declara: ‘¡Jehová te reprenda, oh Satán! Yo di mi vida por estas almas. Están esculpidas en las palmas de mis manos’ ” (TI 5:447, 448).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- ¿Cómo impacta en nuestra vida diaria el hecho de saber que “ha llegado la hora de su juicio”? Si la mayoría de nosotros somos honestos, probablemente diríamos que no nos modifica en nada, ¿verdad? ¿Cómo cambiar esto?
- ¿Por qué el Juicio es una buena noticia, y no una mala? En clase, hablen del papel de Jesús para nosotros en el Juicio. ¿Cómo puede esto motivarnos a ser fieles a él, sabiendo que solo por lo que él ha hecho por nosotros podemos tener la esperanza de la salvación?
- Reflexionen sobre la idea del Juicio, que revela al Universo el carácter de Dios. ¿Cómo encaja esta idea con todo el gran escenario del Conflicto?