“Entonces vi a otro ángel que subía del este con el sello del Dios vivo. Y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, quienes habían recibido poder de dañar la Tierra y el mar, y les dijo: ‘No dañen la Tierra, ni el mar, ni los árboles, hasta que sellemos en sus frentes a los siervos de nuestro Dios’ ” (Apoc. 7:2, 3).
LA APOSTASÍA
Lee 2 Tesalonicenses 2:3, 4, y 9 al 12. ¿Qué predice Pablo acerca de los últimos días? ¿Qué marcas identificadoras le asigna a la bestia, el poder del anticristo?
El apóstol Pablo advierte a la comunidad cristiana acerca de una “apostasía” de la verdad de la Palabra de Dios. Le preocupan las semillas de apostasía ya presentes en la iglesia del Nuevo Testamento, que prosperarían en los siglos venideros antes de la segunda venida de Cristo. Un evangelio falso llegaría a la iglesia y distorsionaría la Palabra de Dios.
Satanás es el que está detrás de esta apostasía. Él es el verdadero “hombre de pecado” que desea exaltarse “contra todo lo que se llama Dios” y se sienta en el “templo de Dios” (2 Tes. 2:4). Pero el gran “engañador” obra mediante agentes humanos para lograr sus propósitos. Las características identificativas en Daniel y Apocalipsis revelan que el cuerno pequeño de Daniel 7, la bestia de Apocalipsis 13 y 14, y el “inicuo” de 2 Tesalonicenses 2 representan a la misma entidad.
El Comentario bíblico adventista lo dice de esta manera: “Una comparación con la profecía de Daniel acerca del poder blasfemo sucesor de la Roma pagana [...], y con la descripción que hace Juan de la bestia semejante a un leopardo [...], revela muchas similitudes entre las tres descripciones [el cuerno pequeño, el poder de la bestia y el inicuo]. Esto lleva a la conclusión de que Daniel, Pablo y Juan están hablando del mismo poder, a saber: el papado” (CBA 7:279).
Es extremadamente importante recordar que la profecía bíblica está describiendo un sistema religioso que ha comprometido la Palabra de Dios, que ha sustituido el evangelio por las tradiciones humanas y que se alejó de la verdad bíblica. Un Dios de amor increíble dio estas profecías para preparar a un pueblo para la venida de Jesús. Son una reprensión para las organizaciones religiosas apóstatas que se han apartado de la Palabra de Dios, aunque no necesariamente para las personas que hay en ellas (ver Apoc. 18:4). Nuestro mensaje es sobre un sistema que ha engañado a millones. Aunque engañadas, estas personas son muy amadas por Cristo. Debemos tratarlas debidamente.
“Así, todo lo que quieran que los hombres les hagan, háganlo también ustedes a ellos. Esta es la ley y los profetas” (Mat. 7:12). ¿Cómo debemos aplicar este principio al abordar el tema de los poderes de la bestia en Apocalipsis 13 y 14?