“Entonces vi a otro ángel que subía del este con el sello del Dios vivo. Y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, quienes habían recibido poder de dañar la Tierra y el mar, y les dijo: ‘No dañen la Tierra, ni el mar, ni los árboles, hasta que sellemos en sus frentes a los siervos de nuestro Dios’ ” (Apoc. 7:2, 3).
LA ESTRATEGIA FINAL DE SATANÁS
Las encuestas revelan una profunda falta de confianza en las instituciones y los gobiernos. Millones se preguntan: “¿Dónde hay alguien moralmente apto para liderar el mundo?” Las profecías del Apocalipsis identifican el poder de la bestia como aquel que, bajo los auspicios de una unión religiosa/política, ostensiblemente será el poder que desempeñará este papel.
Lee Apocalipsis 17:12 al 14. ¿Cómo describe Juan estas escenas finales de la historia de la Tierra? ¿Qué contraste poderoso vemos aquí?
Hay tres comentarios importantes que Juan hace en este pasaje. En primer lugar, los poderes políticos tienen “un propósito” y “darán su poder y autoridad” a la bestia. En segundo lugar, este conglomerado del error hace guerra contra Jesús, el Cordero. En tercer lugar, en la última guerra de la Tierra, Cristo y sus seguidores triunfan. No gana la bestia; Jesús gana.
¿Alguna vez te preguntaste qué estrategia podría utilizar el diablo para unir a las naciones? La historia a menudo se repite. Descubrimos lecciones valiosas del colapso del Imperio Romano. Cuando las invasiones germánicas asolaron la Europa occidental desde el norte, el emperador romano Constantino acudió a la religión. La autoridad de la iglesia, combinada con el poder del Estado, se convirtió en el instrumento que Constantino necesitaba. El continuo fortalecimiento de la santidad del domingo en el siglo IV fue un movimiento político y religioso calculado para unir el imperio en un momento de crisis. Constantino quería que su imperio se uniera, y la iglesia romana quería que el imperio se “convirtiera”. El renombrado historiador Arthur Weigall lo indica claramente: “La iglesia hizo del domingo un día sagrado [...] en gran medida porque era la fiesta semanal del Sol; porque era una política cristiana explícita hacerse cargo de las festividades paganas entrañables para la gente por tradición y darles significado cristiano” (The Paganism in Our Christianity [Nueva York: G. P. Putnam’s Sons, 1928], p. 145).
En un momento de gran crisis, cuando todo el mundo está asustado, herido y con miedo, la gente estará desesperada por alguien que ofrezca algo de estabilidad y protección. Así es como la tiranía ha surgido en el pasado, y no hay razón para pensar que no podría volver a suceder. Según la profecía, algo propiciará estos acontecimientos finales.
Aunque es difícil saber cómo podría desarrollarse todo esto, el mundo ya ha visto cómo pueden producirse los grandes cambios, y con cuánta rapidez, también. Aunque no conocemos los detalles de lo que viene, necesitamos estar preparados para ello.