“Y nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se había propuesto en Cristo, para que, llegado el tiempo, reuniera en él, bajo una sola cabeza, todo lo que está en el Cielo y lo que está en la tierra” (Efe. 1:9, 10).
EFESIOS: UNA CARTA COLMADA DE CRISTO
¿Cómo anuncia Pablo el tema de su carta? Efe. 1:9, 10.
¿Cómo se puede resumir el mensaje de Efesios? Desde la prisión, Pablo presenta una visión del plan cristocéntrico de Dios para el cumplimiento de los tiempos establecidos y el papel de la iglesia en ellos. Dios ha actuado en Cristo a fin de iniciar su plan “para que, llegado el tiempo, reuniera en él [Cristo], bajo una sola cabeza, todo lo que está en el cielo y lo que está en la tierra” (Efe. 1:10), y así lo hizo al crear la iglesia como una entidad compuesta de una nueva humanidad: tanto de judíos como de gentiles (Efe. 2:14). Los creyentes son llamados a actuar en armonía con este plan divino, para señalar a los poderes malignos que el propósito supremo de Dios está en marcha (Efe. 3:10).
Como proclama Efesios 1:9 y 10, la unidad que Dios tiene en mente es cristocéntrica. Así que, no sorprende descubrir que Efesios sea una epístola bañada de Cristo, que en todas partes alaba las actuaciones de Dios en Cristo y celebra el acceso de los creyentes a los recursos espirituales que Cristo les ofrece. Pablo emplea la frase “en Cristo” y similares más de treinta veces, y en todas partes exalta a Jesús. Cuando leas la carta, presta atención a estas frases y mantente alerta a las diversas formas en que Pablo se concentra en Jesús.
Pablo busca reavivar el compromiso espiritual de los creyentes de Éfeso al recordarles que son parte de la iglesia, que es el corazón mismo del plan de Dios para unificar todas las cosas en Cristo. Cuando utiliza la palabra “iglesia” (griego, ekklēsia) en la carta, quiere decir la iglesia “universal”, o la iglesia en general (no una congregación local).
La estrategia principal que usa es hablar de la iglesia: lo hace utilizando metáforas vívidas, y desarrolla cuatro de ellas con cierto detalle:
1. La iglesia como cuerpo (Efe. 1:22, 23; 2:16; 3:6; 4:1–16, 25; 5:23, 29, 30). 2. La iglesia como edificio/templo (Efe. 2:19–22). 3. La iglesia como esposa (Efe. 5:22–27). 4. La iglesia como ejército (Efe. 6:10-20). Cada una de estas imágenes, a su manera, revela cuál es el propósito y la intención de Dios para su iglesia.
En la iglesia de la que eres parte, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Dios está reuniendo a una comunidad transnacional, multilingüe, multirracial y transcultural (Apoc. 14:6, 7), que señala el camino para el cumplimiento de su plan de unir todas las cosas en Jesús (Efe. 1:9, 10). ¿Cómo podemos trabajar en armonía con el gran plan de Dios?