Mediante el Espíritu Santo, los creyentes pueden conocer “la incomparable grandeza de su poder hacia los que creemos, según la acción de su potencia. Ese poder Dios lo ejerció en Cristo cuando lo resucitó de los muertos, y lo sentó a su diestra en los cielos” (Efe. 1:19, 20).
ORACIÓN Y ACCIÓN DE GRACIAS
Motivado por la noticia de que los creyentes de Éfeso están prosperando en la fe en Jesús y en el amor mutuo (noticias que quizá le haya transmitido Tíquico, Efe. 6:21, 22), Pablo les informa cómo ora por ellos.
Compara las dos reseñas de oración de Pablo en Efesios (Efe. 1:15–23; 3:14–21). ¿Qué temáticas comparten las dos reseñas?
A veces, nuestro tono predeterminado al orar puede ser lastimero, al lamentarnos por este desafío o aquel problema. Las reseñas de oración de Pablo en Efesios sugieren que la acción de gracias es la lengua madre de la oración. Reunimos las bendiciones de Dios y le agradecemos por ellas. Intentamos percibir a Dios obrando en circunstancias difíciles y lo alabamos por su presencia transformadora en nuestra vida. Al celebrar la gracia y el poder del Jesús exaltado (Efe. 1:20–23), le agradecemos por bendecir a nuestro círculo de influencia. Este es el secreto transformador de Pablo para la oración: la oración es la clave de la alabanza y la acción de gracias.
Pablo también dijo: “No ceso de dar gracias por ustedes, recordándolos en mis oraciones” (Efe. 1:16; ver también Fil. 1:3, 4; 1 Tes. 1:2; 5:16–18).
¿Qué significa realmente “Oren sin cesar” (1 Tes. 5:17)? No puede significar que siempre estemos arrodillados delante de Dios en oración. Significa que, al ser bendecidos por el Espíritu de Dios, avanzamos por la vida con el corazón abierto a la presencia y el poder de Dios, buscando señales para darle gracias. Significa la disposición a procesar los problemas de la vida en la presencia de Dios, y buscar el consejo divino a medida que experimentamos las idas y vueltas de la vida. Significa vivir no alejados de Dios sino comprometidos con él, siempre abiertos a la conducción divina.
Con demasiada frecuencia vemos la oración como una sutileza, un complemento del discipulado para valernos de él cuando sea conveniente. Pablo ilustra un concepto diferente. Pablo se toma en serio la tarea de orar por los creyentes de Éfeso, y lo hace dando gracias por ellos (Efe. 1:16; comparar con Efe. 1:3–14) e intercediendo por ellos (Efe. 1:17–23; comparar con Efe. 3:14–21). Para el apóstol, la oración es una tarea fundamental, e incluso la tarea primordial de la fe cristiana. Estos versículos brindan un llamado conmovedor a la oración, una invitación a considerar nuestro propio “ministerio de oración” teniendo en cuenta la vocación de Pablo de orar.
¿Por qué es importante agradecer siempre a Dios en oración por lo que tienes que agradecer?