“A aquel que es poderoso para hacer infinitamente más que todo cuanto pedimos o entendemos, por el poder que actúa en nosotros; a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones y por los siglos de los siglos. Amén” (Efe. 3:20, 21).

LA IGLESIA: REVELADORA DE LA SABIDURÍA DE DIOS

martes 1 de agosto, 2023

¿Qué dice Pablo acerca de Dios y de las acciones de Dios en Efesios 3:7 al 13?

Pablo vuelve a afirmar que es un “ministro” por el “don de la gracia de Dios” (Efe. 3:7; comparar con Efe. 3:1, 2). Este don, como el evangelio mismo, no se otorga debido al valor que tenga el receptor, sino por la gracia de Dios. Pablo recalca este aspecto al describirse como “menos que el menor de todos los santos” (Efe. 3:8).

Hay una progresión interesante en la comprensión de sí mismo de Pablo que se percibe a medida que avanzamos en sus cartas en el orden en que fueron escritas. Al principio, reclama su condición de apóstol designado divinamente (Gál. 1:1). Sin embargo, más adelante se presenta como “el menor de los apóstoles” y “como indigno de ser llamado apóstol” (1 Cor. 15:9). Aquí, en Efesios, se considera “menos que el menor de todos los santos” (Efe. 3:8). Finalmente, se describe a sí mismo como el “primero” o el “peor” (NTV) de los pecadores (1 Tim. 1:15).

Tal vez esta línea de pensamiento de Pablo pueda ayudar a explicar esta famosa cita de Elena de White: “Cuanto más cerca estés de Jesús, más imperfecto te reconocerás a tus propios ojos; porque tu visión será más clara, y tus imperfecciones se verán en abierto y claro contraste con su naturaleza perfecta” (El camino a Cristo, p. 56).

Pablo luego continúa. En Efesios 3:10, escribe: “Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por medio de la iglesia a los principados y potestades de los cielos”. ¿Quiénes son los “principados y potestades de los cielos” que se mencionan aquí? ¿Cómo les anuncia la iglesia la sabiduría “multiforme” o multifacética de Dios? Aunque Efesios 3:10 no describe la naturaleza de esos poderes, parece que lo mejor es tomarlos como los maléficos que en Efesios 6:11 y 12 se describen con más detalle. Si es así, la composición de la iglesia (que unifica a judíos y gentiles, que en otro tiempo fueron partes muy divididas de la humanidad) se convierte en un anuncio resonante para estos demoníacos “principados y potestades de los cielos” acerca del plan de Dios para el futuro: “reuni[r] en él [Cristo], bajo una sola cabeza, todo lo que está en el cielo y lo que está en la tierra” (Efe. 1:10). Se les advierte que el plan de Dios está en marcha y la destrucción de ellos está garantizada. La naturaleza misma de una iglesia unificada señala su derrota final.

Si tu congregación se tomara en serio la “descripción de trabajo” que Pablo hace de la iglesia en Efesios 3:10, ¿cómo podría cambiar la forma en que tú y los hermanos de iglesia se relacionan entre sí?