“Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan estar firmes contra las artimañas del diablo” (Efe. 6:10, 11).
DE PIE EN EL ANTIGUO CAMPO DE BATALLA
Lee Efesios 6:10 al 20 y observa cada vez que Pablo utiliza alguna forma de la frase estar (o quedar) firmes. ¿Por qué esta idea es tan importante para él?
Debemos entender la metáfora militar de Pablo en el contexto del antiguo campo de batalla. ¿Qué significaba “estar firmes” (Efe. 6:11, 13, 14)? El verbo, ¿sugiere solo una postura defensiva? Los discursos bélicos incluidos en los escritos de Tucídides, uno de los grandes autores clásicos de la literatura bélica, destacan tres acciones sucesivas que deben darse para que un bando salga victorioso: (1) los soldados deben “cerrar con el enemigo”, lo que significa que deben marchar al encuentro de sus enemigos; (2) luego, deben atacar y “mantenerse firmes” o “defender nuestra posición”, luchando cuerpo a cuerpo con sus enemigos; (3) finalmente, deben “hacer retroceder al enemigo” (ver Thucydides, The Peloponnesian War [Nueva York: EP Dutton, 1910], 4.10.1–5).
El momento clave de una batalla en la antigüedad se daba en la segunda de estas tres acciones, cuando las dos catervas opuestas chocaban entre sí, en “una terrible cacofonía de bronce, madera y carne, todo aplastado”, a la que el antiguo autor Jenofonte hace referencia como ese “espantoso choque” (Victor Davis Hanson, The Western Way of War [Nueva York: Oxford University Press, 1989], pp. 152, 153). Mantenerse firmes, defender la posición en ese momento estratégico, era el gran desafío de la batalla en la antigüedad. En el combate cuerpo a cuerpo que se producía, cada bando buscaba impulso para “el empujón”.
El llamado a las armas de Pablo refleja un combate en el que los soldados estaban “agrupados, dando y recibiendo cientos de golpes a quemarropa” (Victor Davis Hanson, The Western Way of War, p. 152). Esto lo confirma la descripción que hace Pablo de la batalla de la iglesia contra sus enemigos como un “combate de lucha libre” (Efe. 6:12; ver el estudio del jueves) y en su uso intensivo del verbo “estar firmes” en el versículo 13: “para que puedan resistir en el día malo” (énfasis añadido).
¡Esta no es una postura relajada! Entonces, “estar firmes” es participar vigorosamente en la batalla, empleando todas las armas en el combate cuerpo a cuerpo; un hecho obvio a partir de las imágenes militares de la exhortación anterior de Pablo de estar “firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio” (Fil. 1:27).
Lee Hebreos 12:4. ¿Cómo ayuda este versículo a resumir lo que significa permanecer en el Señor? ¿Cuál es la naturaleza colectiva de esta postura también?