“Por tanto, vayan a todas las naciones, hagan discípulos bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mat. 28:19).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 13 de octubre, 2023

Para testimonio a todas las naciones. “Las palabras del Salvador: ‘Ustedes son la luz del mundo’ señalan el hecho de que ha encomendado a sus seguidores una misión mundial. Tal como los rayos del Sol penetran hasta los rincones más remotos del Globo, así Dios quiere que la luz del evangelio se extienda a todas las almas de la Tierra. Si la iglesia de Cristo cumpliera el propósito de nuestro Señor, la luz se derramaría sobre todos los que viven en tinieblas y en región de sombra de muerte. En vez de congregarse y rehuir la responsabilidad y la carga de la cruz, los miembros de la iglesia se dispersarían por todas las tierras, dejando que la luz de Cristo brillara desde ellos, trabajando como él lo hizo por la salvación de las almas, y este ‘evangelio del reino’ sería llevado rápidamente a todo el mundo.

“Desde todos los países está sonando el llamado macedónico: ‘Vengan a ayudarnos’. Dios ha abierto campos ante nosotros. Los seres celestiales han estado cooperando con los hombres. La Providencia va delante de nosotros, y el poder divino obra con el esfuerzo humano. Ciegos deben estar los ojos que no ven la obra del Señor, y sordos los oídos que no oyen el llamado del verdadero Pastor a sus ovejas. Algunos han oído el llamado de Dios y han respondido. Que todo corazón santificado responda ahora, procurando proclamar el mensaje vivificador. Si los hombres y las mujeres, con humildad y fidelidad, asumen la tarea que Dios les ha encomendado, el poder divino se revelará en la conversión de muchos a la verdad. Maravillosos serán los resultados de sus esfuerzos” (Elena de White, The Advent Review and Sabbath Herald, 14 de noviembre de 1912).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. La credibilidad de la influencia de la iglesia en la comunidad está determinada, principalmente, por la medida en que nosotros, el cuerpo de Cristo, ejemplificamos en nuestra vida el amor de Dios en el cumplimiento de su misión. ¿Cómo respondes tú, personalmente, a este desafío?
  2. ¿Cómo crees que los vecinos no adventistas ven y entienden a tu iglesia? ¿Cómo lo sabes? Si la percepción es positiva, ¿qué puedes hacer para fortalecerla más? Si es negativa, ¿qué puedes hacer para cambiarla?
  3. ¿Por qué es tan importante mantener el “evangelio eterno” en el centro de nuestra misión al mundo? ¿Qué esperanza suprema podemos ofrecer a cualquiera, en cualquier parte, que no se centre en la gran esperanza que tenemos gracias al evangelio, la buena nueva de lo que Jesús ha hecho por nosotros en la Cruz?