“Un mandamiento nuevo les doy: que se amen unos a otros. Que se amen así como yo los he amado. En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros” (Juan 13:34, 35).
EL AMOR DE ABRAHAM POR LOS DEMÁS
Lee Génesis 18:16 al 33. ¿Cómo ejerció Abraham su gran cualidad de amar a todas las personas sin distinción de tribu, raza o pueblo?
La segunda cualidad de Abraham que observamos en Génesis 18 era su amor por la gente, incluso por quienes él no conocía personalmente. Esta es una gran lección para cada uno de nosotros. Los habitantes de Sodoma y Gomorra eran pecadores, y sus valores distaban sensiblemente de los de Abraham, pero su corazón estaba lleno de amor por todos, sin distinción de raza, sexo, idioma ni religión.
A continuación, Dios revela a Abraham su decisión de aniquilar las ciudades de Sodoma y Gomorra. “Entonces el Señor le dijo: ‘Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, iré a ver si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí. Si no, lo sabré’ ” (Gén. 18:20, 21).
Con gran humildad y reverencia, Abraham dirigió su petición a Dios: “Lejos de ti hacer eso, que hagas morir al justo con el impío, y que el justo sea tratado como el impío. Nunca hagas tal cosa. El Juez de toda la tierra, ¿no hará lo que es justo?” (Gén. 18:25).
Mediante su amor, Abraham esperaba salvar a toda la gente de estas ciudades, no solamente a los justos. Con certeza, Abraham sabía cuán malvadas y perversas eran las personas que vivían allí. ¿Quién sabe qué historias había oído sobre esa gente y sus prácticas? Y, por lo que sabemos de ellos, según lo revela el capítulo siguiente, con la sórdida historia de Lot y la turba que estaba fuera de su casa (ver Gén. 19:1–11), se trataba de gente muy malvada.
Sin embargo, Abraham, dado que conocía personalmente el amor de Dios, intercedió en favor de ellos. Abraham sabía que los seres humanos siempre pueden acudir a Dios con arrepentimiento. Para Abraham, el hecho de interceder por los habitantes de estas ciudades les daría la oportunidad de arrepentirse.
Al final, Abraham basó su petición en lo que él personalmente sabía acerca del amor de Dios por los seres humanos. Él mismo sentía un gran amor por los pecadores y sabía que, mientras haya vida, hay esperanza de salvación.
¿Por qué es tan importante la oración intercesora en nuestra vida de oración? ¿Cómo puede ayudarnos la oración intercesora a crecer espiritualmente y a experimentar más la realidad del amor de Dios por los pecadores?