“Un día estaba Jesús orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: ‘Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos’ ” (Luc. 11:1).
FOMENTAR EL USO DE LOS SALMOS EN LA ORACIÓN
Lee Salmo 105:5, Colosenses 3:16 y Santiago 5:13. ¿Cuál es el lugar de los salmos en la experiencia de adoración del creyente?
Una manera sencilla de introducir los salmos en la vida diaria es dedicar un tiempo cada día a la lectura de un salmo, comenzando por Salmo 1, y siguiendo el orden dado en el salterio. Otra manera es leer los salmos que corresponden a la situación actual, sea cual fuere: hay salmos de lamentación, salmos de lamento comunitario, salmos de acción de gracias, himnos, salmos penitenciales, salmos sapienciales (que buscan la sabiduría y la guía de Dios), salmos históricos, salmos que contienen enojo y furia, y salmos de peregrinación. Durante este trimestre, nos ocuparemos de muchos de ellos y estudiaremos estos salmos en el contexto en el que aparecen.
¿Cómo debemos leer los salmos? En primer lugar, leemos el salmo haciendo una sencilla reflexión, y luego
oramos. Meditar en el salmo implica reflexionar sobre sus diversos aspectos: el modo en que el salmista se dirige a Dios y los motivos de la oración. Piensa en cuánto se asemeja tu situación a la experiencia del salmista y cómo podría ayudarte el salmo a articular tu experiencia. Te sorprenderá la frecuencia con la que te sentirás identificado con lo que lees.
Si algo en el salmo te desafía, reflexiona; por ejemplo, si el salmo corrige tus falsas esperanzas actuales con respecto a algo a lo que te enfrentas. Contempla el mensaje del salmo a la luz de la persona de Cristo y su obra salvífica, y de la esperanza a largo plazo que la obra de Cristo nos ofrece. Como sabemos, o deberíamos saber, siempre ayuda mirar todo lo que hay en la Biblia bajo la perspectiva de Cristo y de la Cruz.
Además, detecta nuevos motivos de oración que te ofrece el salmo, y piensa en su importancia para ti, para tu iglesia y para el mundo. Pide a Dios que ponga su Palabra en tu corazón y en tu mente. Si el salmo corresponde a la situación de alguien que conoces, intercede en oración por esa persona. La cuestión es que los salmos abarcan muchos aspectos de la vida, y podemos enriquecernos al leer y asimilar en nuestro corazón lo que nos dicen.
¿Qué significa “La palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes” (Col. 3:16)? ¿Por qué la lectura de la Biblia es el primer paso para esa experiencia, y el más crucial?