“Claman los justos y el Señor los escucha, y los libra de todas sus angustias” (Sal. 34:17).

AYUDA DESDE EL SANTUARIO

jueves 25 de enero, 2024

Lee Salmos 3:4; 14:7; 20:1 al 3; 27:5; 36:8; 61:4; y 68:5 y 35. ¿De dónde procede la ayuda en estos pasajes?

La figura del refugio y la ayuda espiritual y física aparece notablemente en el contexto del Santuario. El Santuario es un lugar de ayuda, de seguridad y de salvación. El Santuario da cobijo a los atribulados. Dios defiende a los huérfanos y a las viudas, y da fuerza a su pueblo desde su Santuario. Cuando “desde Sion, dechado de hermosura, resplandece Dios” (Sal. 50:2), se proclaman los justos juicios de Dios y surge la bendición del Señor (Sal. 84:4; 128:5; 134:3).

El refugio en el Santuario supera la seguridad que ofrece cualquier otro lugar del mundo, porque en el Santuario Dios habita en persona. La presencia de Dios, y no meramente el Templo como edificio firme, brinda seguridad. Del mismo modo, al ser el monte donde mora el Señor, el monte Sion supera a otros montes, aunque en sí mismo era una colina no muy grande ni elevada (Sal. 68:15, 16; Isa. 2:2).

“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb. 4:15, 16). ¿En qué se parecen estos versículos a lo que describe el salmista acerca del Santuario?

La santidad del Santuario de Dios lleva al salmista a reconocer que toda la humanidad es pecadora y completamente indigna del favor de Dios, y afirma que la liberación se basa únicamente en la fidelidad y la gracia de Dios (Sal. 143:2, 9-12). No hay en nosotros nada que nos dé algún mérito delante de Dios. Únicamente cuando las personas mantienen una relación correcta con Dios mediante el arrepentimiento y la aceptación de su gracia y su perdón pueden invocar la garantía divina de liberación. El servicio del Santuario representaba la salvación que se encuentra en Jesús.