“¿Cómo habíamos de cantar canción del Señor en tierra extraña?” (Sal. 137:4).
PARA QUE LOS JUSTOS NO SEAN TENTADOS
Lee Salmos 37:1 y 8; 49:5 al 7; 94:3 al 7; y 125:3. ¿A qué lucha se enfrenta el salmista?
Estos salmos lamentan la prosperidad actual de los impíos y el desafío que este hecho plantea a los justos. Los impíos no solo prosperan, sino a veces además desprecian abiertamente a Dios y oprimen a otros. Lo desconcertante es que, mientras que “la vara de la impiedad” (Sal. 125:3) domina al mundo, el “cetro de justicia” (Sal. 45: 6) parece fracasar. Entonces, ¿por qué no rendirse y aceptar el mal, como hacen otros?
Lee Salmo 73:1 al 20 y 27. ¿Qué ayuda al salmista a superar la crisis? ¿Cuál es el fin de los que confían en cosas vanas? (Ver también 1 Ped. 1:17).
Cuando el salmista de Salmo 73 seguía enfocado en la iniquidad actual del mundo, era incapaz de ver el panorama completo desde el punto de vista de Dios. El problema que la prosperidad del mal planteaba a su fe era abrumador; además, creía que su argumento sobre la inutilidad de la fe se basaba en la realidad.
Sin embargo, Salmo 73 muestra que “estas cosas se burlan de los que ignoran el primer versículo de este salmo, que es el resumen de todo el salmo: ‘Dios es realmente bueno con Israel, con los limpios de corazón’ ” (Johannes Bugenhagen, Reformation Commentary on Scripture [Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2018], p. 11).
El salmista es conducido al Santuario, el lugar del gobierno soberano de Dios, y allí se le recordó que el “hoy” es solo una pieza del mosaico, y que debe considerar el “fin”, cuando los impíos enfrentarán el Juicio de Dios. El hecho de que el salmista comprendiera esta verdad en el Santuario y confesara su insensatez anterior demuestra que la realidad solo puede captarse con discernimiento espiritual y no mediante la lógica humana.
¿Te consuela la promesa del juicio de Dios sobre el mundo y sobre toda su maldad, cuando hoy tanta maldad queda impune?