“Al Señor cantaré en toda mi vida, a mi Dios salmearé mientras viva” (Sal. 104:33).
SEÑOR, ¿QUIÉN HABITARÁ EN TU SANTUARIO?
Lee Salmo 15. ¿Quiénes son las personas dignas de adorar en la presencia de Dios?
La respuesta que se da en este salmo es el resumen de los requisitos ya dados en la Ley de Dios y en los profetas: aquellos cuyas acciones (“anda en integridad y practica la justicia”) y carácter (“en su corazón”) (ver Deut. 6:5; Miq. 6:6-8) son un reflejo de Dios. El Santuario era un lugar santo, y todo en él, incluidos los sacerdotes, estaba consagrado. Por ende, la santidad es un requisito obligatorio para entrar en la presencia de Dios. La santidad de Israel debía ser total; debía unir la adoración con la ética y debía ejercerse en todos los aspectos de la vida. La Ley fue dada al pueblo de Dios para permitirle alcanzar su mayor potencial: vivir como un reino de sacerdotes. El sacerdocio real incluye una vida de santidad en la presencia de Dios y llevar las bendiciones del Pacto a otras naciones.
Lee Salmos 24:3 al 6 y 101:1 al 3. ¿Qué significa ser santo?
La “integridad de corazón” es la mayor cualidad del adorador delante de Dios. El hebreo tamim (‘perfecto’, o ‘íntegro’) transmite la noción de “plenitud” y “totalidad”. Una vida “íntegra” está entera, intacta y sana (Eze. 15:5). Los animales ofrecidos en sacrificio debían ser tamim, o sin defecto (Lev. 22:21-24). El habla “íntegra” es totalmente veraz (Job 36:4). Por lo tanto, alguien “íntegro de corazón” es “puro de corazón” (Sal. 24:4), o alguien que anda en integridad (Sal. 15:2). Busca a Dios (Sal. 24:6) y el perdón de Dios lo restaura (Sal. 51:2-10). Una vida intachable es el resultado del reconocimiento de la gracia y la justicia de Dios. La gracia divina inspira y capacita a los siervos de Dios para vivir en el temor del Señor, lo que significa vivir en una comunión irrestricta con Dios y en sumisión a su Palabra. El testimonio de una vida devota y piadosa rinde alabanza a Dios y no al yo. Fíjate que la mayoría de los requisitos de Salmo 15 se dan en términos negativos (Sal. 15:3-5). No se trata de ganarse el favor de Dios, sino de evitar las cosas que nos separarían de Dios.
¿Cómo podemos tomar decisiones conscientes para evitar las cosas que nos alejan de Dios? ¿Cuáles son algunas de esas cosas y cómo podemos evitar hacerlas?