“Estas cosas les sucedieron por ejemplo, y fueron escritas para advertirnos a nosotros, a los que han llegado al fin del tiempo. Así, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Cor. 10: 11, 12).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 6 de junio, 2025

Lee las páginas 100 y 101 del capítulo titulado “El Diluvio” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White.

“El sumo sacerdote no puede defenderse a sí mismo ni a su pueblo de las acusaciones de Satanás. No sostiene que Israel esté libre de culpas. Enfundado en andrajos sucios, que simbolizan los pecados del pueblo, que él lleva como su representante, está delante del Ángel, confesando su culpa, aunque señalando su arrepentimiento y humillación y fiando en la misericordia de un Redentor que perdona el pecado. Con fe se aferra de las promesas de Dios. [...]

“Las acusaciones de Satanás contra quienes buscan al Señor no son provocadas por el desagrado que le provoquen sus pecados. El carácter deficiente de ellos le causa regocijo, porque sabe que solo si violan la Ley de Dios puede dominarlos. Sus acusaciones surgen únicamente de su enemistad hacia Cristo. Por medio del Plan de Salvación, Jesús está quebrantando el dominio de Satanás sobre la familia humana y rescatando almas de su poder. [...]

“Por sí mismo el hombre no puede enfrentar esas acusaciones del Enemigo. Con sus ropas manchadas de pecado, confiesa su culpabilidad delante de Dios. Pero Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica eficaz en favor de todos los que mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado la guarda de su alma. Intercede por su causa y vence a su acusador con los poderosos argumentos del Calvario. Su perfecta obediencia a la Ley de Dios le ha dado toda potestad en el Cielo y en la Tierra, y él solicita a su Padre misericordia y reconciliación para el hombre culpable” (Elena de White, Profetas y reyes, pp. 428, 430).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Jesús dijo a sus discípulos que debían permanecer en el mundo sin pertenecer a este (ver Juan 15:19; 17:14-16). ¿Cómo equilibramos nuestra responsabilidad de alcanzar al mundo con la necesidad de mantenernos “sin mancha” de él (Sant. 1:27)?
  2. ¿Qué nos enseña el ministerio público de Noé antes del Diluvio acerca de cómo funciona el Gran Conflicto? ¿De qué manera desempeñamos hoy el mismo papel?
  3. Antes de consumir a los impíos con fuego del Cielo (como hizo con Sodoma), Dios los resucita y permite que Satanás trabaje con ellos por un corto tiempo (Apoc. 20:7-9). ¿Qué razones se te ocurren para que este sea un último paso necesario antes de que Dios termine con el mal?
  4. Al considerar las historias que estudiamos esta semana, ¿qué advertencias encuentras para tu propia vida? ¿Qué te enseñan estas historias acerca de tu esperanza en Cristo?