“Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Tim. 1:7).
PRECURSORES
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Daniel 2:31-45; Daniel 3:1-12, 17, 18; Apocalipsis 13:11-17; Romanos 1:18-25; Hechos 12:1-17; Mateo 12:9-14.
Esta semana estudiaremos otras dos historias bíblicas que prefiguran los acontecimientos de los últimos días con gran detalle. En primer lugar, examinaremos el relato de Sadrac, Mesac y Abednego, que contiene alusiones evidentes al capítulo 13 de Apocalipsis. Veremos luego la historia de los apóstoles y la experiencia de los primeros cristianos para comprender lo que nos queda aún por delante hasta el regreso de Cristo.
Ambos ejemplos, el de los tres jóvenes hebreos y el de la iglesia apostólica, ponen de relieve un valor extraordinario y contienen claves para disfrutar de paz espiritual aun en las circunstancias más difíciles.
Jesús dijo una y otra vez cosas como “no temas” y “¿por qué están turbados y suben esos pensamientos a su corazón?” Es importante recordar que el centro de la profecía es Cristo y que debemos por ello ser capaces de escuchar ese mismo mensaje del Señor en las escenas proféticas de los momentos finales de la Tierra. Como dijo a sus discípulos: “No se turbe su corazón. Ustedes creen en Dios, crean también en mí” (Juan 14:1).
En otras palabras, aunque los eventos de los últimos días serán difíciles para quienes decidan permanecer fieles a Dios, debemos verlos con esperanza, no con temor.