“Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Tim. 1:7).

DANIEL 2 Y EL ENFOQUE HISTORICISTA DE LA PROFECÍA

domingo 15 de junio, 2025

La profecía que aparece en Daniel 2 es una de las más poderosas de toda la Escritura. Casi seis siglos antes de Cristo, el profeta expone la historia del mundo desde la época de Babilonia y a través de Medopersia, Grecia y Roma hasta la fragmentación de esta en lo que son hoy las naciones europeas.

De hecho, la profecía dijo de estas naciones europeas que “se mezclarán por medio de casamientos pero no se unirán el uno con el otro, así como el hierro no se mezcla con la arcilla” (Dan. 2:43). Esta predicción se ha cumplido asombrosamente. Es decir, a pesar de todo tipo de alianzas matrimoniales entre estas naciones, siguen divididas.

Por ejemplo, la monarquía británica se llama Casa de Windsor, un nombre inglés. Sin embargo, esa designación es relativamente reciente, ya que data de 1917. Antes de eso, la familia se llamaba Casa de Saxe-Coburg y Gotha, un nombre claramente alemán, pues muchos miembros de la realeza británica, al mezclarse “por medio de casamientos”, eran parientes consanguíneos de los alemanes. Sin embargo, esos lazos de sangre no bastaron para mantenerlos alejados de la guerra, ya que durante la Primera Guerra Mundial y en un intento de desvincularse de sus odiados enemigos, cambiaron su nombre por el de Casa de Windsor.

Lee Daniel 2:31 al 45. ¿Cuál fue el sueño de Nabucodonosor y cómo lo interpretó Daniel?

Todas las profecías apocalípticas de Daniel siguen la base establecida en Daniel 2. Es decir, la secuencia de un imperio mundial tras otro hasta que Dios establece su reino eterno (ver Dan. 2:44; 7:13, 14). En otras palabras, esas profecías anunciaban una serie ininterrumpida de imperios desde la antigüedad hasta el fin de la historia, incluyendo nuestros días. Este enfoque o interpretación historicista de las profecías surge de los textos mismos y es crucial para comprender los acontecimientos de los últimos días, particularmente los descritos en Apocalipsis.

¿Cómo demuestra Daniel 2 que Dios no solo conoce el futuro sino también tiene, en última instancia, el control de este?