“Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Tim. 1:7).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 20 de junio, 2025

Lee el capítulo titulado “La liberación del pueblo de Dios” en las páginas 693 a 710 del libro El conflicto de los siglos, de Elena de White.

“En todos los tiempos, Dios se valió de santos ángeles para socorrer y liberar a su pueblo. Los seres celestiales tomaron parte activa en los asuntos de los hombres. Aparecieron con vestiduras que relucían como el rayo; vinieron como hombres con ropa de caminantes. Hubo casos en que ángeles aparecieron en forma humana a los hombres de Dios. Descansaron bajo los robles al mediodía como si estuviesen cansados. Aceptaron la hospitalidad en hogares humanos. Sirvieron de guías a viajeros extraviados. Con sus propias manos encendieron los fuegos del altar. Abrieron las puertas de las cárceles y liberaron a los siervos del Señor. Vestidos de la armadura celestial, vinieron para quitar la piedra de sepulcro del Salvador.

“A menudo suele haber ángeles en forma humana en las asambleas de los justos; y también visitan las de los impíos, como lo hicieron en Sodoma para tomar nota de sus actos y para determinar si cruzaron el límite de la paciencia de Dios. El Señor se complace en la misericordia; así que, por causa de los pocos que lo sirven verdaderamente, mitiga las calamidades y prolonga la tranquilidad de las multitudes. Los que pecan contra Dios no se dan cuenta de que deben la vida a los pocos fieles a quienes les gusta ridiculizar y oprimir” (Elena de White, El conflicto de los siglos, pp. 689, 690).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Lee 2 Timoteo 1:7. Analiza los aspectos de la profecía que más te han preocupado. ¿Cómo podemos librarnos del temor y encontrar el mensaje de esperanza de Dios aun en medio de las profecías que se refieren a la persecución por causa de la fe?
  2. Aunque en este momento puede ser difícil ver cómo el sábado y el domingo podrían convertirse en el epicentro de los acontecimientos finales, nota cuán rápidamente puede cambiar el mundo. ¿Qué debería enseñarnos esto acerca de no basar nuestra fe en los acontecimientos actuales, que pueden cambiar en un instante, sino solo en la Palabra de Dios?
  3. Piensa en Daniel 2 (e incluso en Dan. 7). Todos los imperios surgieron y desaparecieron exactamente como fue predicho. Desde nuestra perspectiva actual, solo queda un reino por aparecer. ¿Cuál es y por qué podemos estar seguros de que surgirá así como fue anunciado?