“¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Salmos 84:1, 2).

“COMO LAS BESTIAS QUE PERECEN”

martes 09 agosto, 2011

Como todos lo vemos y sabemos muy bien, en este mundo reina la injusticia y la falta de equidad. Un porcentaje relativamente pequeño de personas viven en lujo, en contraste con la enorme multitud que lucha para apenas sobrevivir. La brecha entre los ricos y los pobres parece crecer continuamente; y lo que la empeora es que muy a menudo los ricos se vuelven más ricos al explotar a los pobres. Por toda la Biblia, Dios ha advertido acerca de esta explotación, y los que no se arrepientan y se aparten tendrán mucho que responder en el día del Juicio.

Lee el Salmo 49. ¿Cómo se enlaza con lo que leímos ayer? ¿Cuál es el mensaje básico de este Salmo? ¿Dónde encontramos el evangelio aquí? ¿Qué esperanza definitiva y final se presenta?

Es muy fácil enredarse en las cosas de este mundo, especialmente si tienes muchas, como los ricos. No obstante, el Salmo dice, como ya todos lo sabemos, que las cosas de este mundo son muy pasajeras y temporarias, y se pierden con mucha facilidad. De la noche a la mañana, todo aquello para lo cual trabajaste, todo aquello que luchaste por conseguir, todo lo que es importante para ti, puede serte quitado, perdido o destruido. Todos vivimos al borde de un precipicio, por lo menos en esta vida. Afortunadamente, como muestra el Salmo, y lo certifica en muchos lugares el resto de la Biblia, esta vida no es todo lo que existe.

Concéntrate en los versículos 7 al 9 de este Salmo. Dado el contexto inmediato, ¿qué está queriendo transmitir? ¿Cómo muestra que todos nosotros, ricos y pobres, dependemos en última instancia de Cristo para la salvación?

¿Te has encontrado alguna vez celoso de aquellos que tienen más que tú? Si es así, ¿por qué es tan importante que entregues esos sentimientos a Dios? ¿De qué modo esas emociones interfieren con tu vida espiritual, con tu relación con Dios y con tu fe en general? ¿Cómo puede el concentrarte en Jesús, y en su salvación, ayudarte a liberarte de la tiranía de los celos?

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