"Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis, y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto" (Hageo 1:6).

“MEDITAD EN VUESTROS CAMINOS”

martes 30 agosto, 2011

Lee Jeremías 29:10 al 14. ¿Qué nos indica este pasaje acerca del carácter de Dios? ¿Qué esperanza podemos obtener, en nuestro propio contexto, de este pasaje?

Después de setenta años, como se había profetizado, Dios comenzó a restaurar a los exilados de nuevo en la Tierra Prometida. Israel debía recibir otra oportunidad de cumplir su destino profético.

En el centro de ese destino estaba, por supuesto, el Templo, el Santuario, el lugar donde todo el plan de salvación se enseñaba por medio de tipos y símbolos del servicio. Aquí estaba prefigurada la obra y la misión del Mesías, por medio del cual todo el mundo podría recibir la salvación (ver Juan 3:16; 2 Corintios 5:19; Hebreos 8:1, 2 ).

No obstante, la obra de reconstruir el Templo no fue tan fácil o tan rápida como debería haber sido. Fuerzas internas y externas se pusieron en el camino, y la obra se demoró. Eso no era como Dios quería que fuera, y habló por medio de Hageo para dar a conocer al pueblo su desagrado.

Lee Hageo 1 . ¿Qué ocurrió aquí? ¿Qué distrajo su atención? ¿Por qué es tan fácil hacer eso?

Cuán fácil es permitir que trabajos mundanos, deseos seculares, aun necesidades terrenales se pongan en el camino de nuestras responsabilidades espirituales. Dios les hizo saber que nunca tendrían verdadera satisfacción aparte de su devoción a Dios y de la obra que les había dado para hacer. Demasiado a menudo podemos cometer el mismo error a nuestro modo, al permitir estar tan atrapados en los caminos del mundo que descuidamos lo que debería ser primero y principal en nuestras vidas: nuestra relación con Dios. Tal vez Dios nos está diciendo, ya sea en forma corporativa o individual, "Meditad sobre vuestros caminos".

Medita en tus caminos. ¿Qué dicen tus caminos, tus acciones, lo que haces y lo que no haces, acerca de tu relación con Dios? ¿De qué maneras podrías ser culpable de las mismas cosas que hacía el pueblo descrito aquí en Hageo?

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