"Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros" (Gálatas 5:13).

LA NATURALEZA DE LA LIBERTAD CRISTIANA

lunes 5 de diciembre, 2011

La orden de Pablo de estar firmes en la libertad no se hace aisladamente. La precede una importante afirmación: "Cristo nos libertó". ¿Por qué los cristianos deberían estar firmes en su libertad? Porque Cristo ya los ha liberado. Es decir, nuestra libertad es un resultado de lo que Cristo ya ha hecho por nosotros.

Esta afirmación de un hecho seguido por una exhortación es típica de las cartas de Pablo (1 Corintios 6:20; 10:13, 14; Colosenses 2:6). Por ejemplo, Pablo hace varias afirmaciones indicativas, en Romanos 6, acerca de nuestra condición en Cristo, tales como "sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él" (Romanos 6:6). Sobre este hecho, Pablo emite una exhortación imperativa: "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal" (Romanos 6:12). Pablo dice, en esencia: "Lleguen a ser lo que ya son en Cristo". La vida ética del evangelio no representa la carga de hacer cosas para demostrar que somos hijos de Dios. Más bien, hacemos lo que hacemos porque ya somos sus hijos.

¿De qué nos libertó Cristo? Romanos 6:14, 18; 8:1; Gálatas 4:3, 8; 5:1; Hebreos 2:14, 15.

El uso de la palabra libertad para describir la vida cristiana se destaca en las cartas de Pablo más que en cualquier otra parte del Nuevo Testamento. La palabra libertad y sus derivadas aparecen 28 veces en las cartas de Pablo, y solo 13 en otras partes.

¿Qué quiere decir Pablo con libertad? Primero, no es un concepto abstracto. No se refiere a la libertad política, económica o la libertad para vivir del modo que queramos. Por el contrario, es una libertad que está cimentada en nuestra relación con Jesucristo. El contexto sugiere que Pablo se refiere a la libertad de la esclavitud y la condenación de la Ley, pero nuestra libertad incluye mucho más: la libertad del pecado, de la muerte eterna y del diablo.

"Fuera de Jesucristo, la existencia humana es una esclavitud a la Ley, a los elementos malos que dominan el mundo, al pecado, a la carne y al diablo. Dios envió a su Hijo al mundo para destruir el dominio de estos dueños de esclavos" (Timothy George, The New American Commentary: Galatians, p. 354).

¿Qué cosas sientes que te esclavizan en tu vida? Memoriza Gálatas 5:1 y pídele a Dios que haga realidad en tu vida la libertad que tienes en Cristo.