Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastes 12:14).

EL DÍA DEL JUICIO

domingo 22 de enero, 2012

El tema del juicio divino está en toda la Biblia, y contrariamente a la creencia común, el juicio no es opuesto a la salvación. Ambos temas están entretejidos en todas las Escrituras.

Y no es de extrañar. El juicio y la salvación reflejan aspectos gemelos del carácter de Dios: su justicia y su gracia. Así, no debemos oponer la idea del juicio contra la de la salvación, más que oponer la idea de la justicia de Dios en contra de su gracia. Eso sería robar la plenitud de ambas ideas y su carácter mutuamente complementario. Las Escrituras enseñan ambas; y necesitamos entender ambas.

También es interesante que el Nuevo Testamento hable más acerca del juicio que el Antiguo Testamento.

Lee los siguientes versículos. ¿De qué tratan? ¿Quién es juzgado? ¿Qué sucede en estos juicios? ¿Qué revelan estos textos acerca de la naturaleza y la realidad del juicio divino?

Eclesiastés 12:13, 14; 1 Corintios 3:13; 2 Corintios 5:10; Hebreos 10:30; Mateo16:27; Apocalipsis 20:12; Apocalipsis 22:12; Mateo 12:36, 37; 1 Pedro 4:17; Apocalipsis 14:6, 7.

Esta es una pequeña muestra de textos que enseñan el juicio. Notemos que muchos de los textos más explícitos del juicio divino aparecen en el Nuevo Testamento. Este hecho va en contra de la idea de que el juicio es contrario al concepto del nuevo pacto de la gracia de Dios, que también enseña el Nuevo Testamento. Esto debería mostrarnos que, sea como fuere que comprendemos el juicio y entendemos la gracia, necesitamos verlas como verdades divinas que operan juntas. Poner una en contra de la otra es entender mal el evangelio, algo que consideramos la semana pasada.