Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastes 12:14).

EL JUICIO Y LA GRACIA EN EL EDÉN

lunes 23 enero, 2012

Antes del pecado, no había necesidad de gracia porque no había nada que perdonar. Lo mismo sucedía con el juicio: antes del pecado, no había nada que juzgar ni que castigar. Tanto la gracia como el juicio surgen, en el contexto humano, por causa del pecado de la humanidad.

Lee Génesis 3, el registro de la caída. ¿Cómo se revelan ambos temas, el juicio y la gracia?

Satanás tuvo éxito en traer el pecado al mundo y, con ello, cambió todo.

Pero Dios se acercó, llamando: "¿Dónde estás tú?" Esta pregunta no debe ser considerada condenatoria; era más una invitación a ir a él, quien los amaba. Era un llamado a alejarse de su engañador y regresar a su Hacedor.

Nota también qué sucedió. Las primeras palabras de Dios en este mundo caído fueron preguntas (ver Génesis 3:9, 11, 13). Luego, de las preguntas, lo primero que Dios hizo fue declarar su juicio contra la serpiente. En el versículo 15, aun en medio de su juicio contra la serpiente, ¿qué dijo Dios?

El versículo 15 es la primera promesa del evangelio. Tan pronto como él declara su juicio contra la serpiente, le da a la humanidad el primer mensaje de gracia, de salvación. Y solo después de la promesa del evangelio, pronuncia sus juicios contra la mujer y el hombre. Aunque ellos habían caído, lo primero que Dios les dio fue la esperanza y la gracia, como un telón de fondo donde se desenvolvería el juicio. De este modo, antes del juicio, la promesa de la gracia se da a quienes quieran aceptarla.

Es demasiado tarde para Satanás; su destrucción está asegurada. Pero allí, en medio del veredicto emitido sobre el hombre y la mujer, Dios da a conocer su gracia.

Al comienzo mismo de la historia de la humanidad caída, surge una relación entre el pecado, el juicio y la gracia de Dios. Aunque Dios debe juzgar y condenar el pecado, la promesa de gracia siempre está presente y disponible para quienes quieran reclamarla para sí.

Menciona de qué manera podría Dios estar diciéndote: "¿Dónde estás tú?" ¿Qué estás haciendo que hace que te escondas de él? ¿Por qué el comprender la gracia es un primer paso vital para escuchar su llamado a acercarte a él, y alejarte del engañador?

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