“El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado” (Marcos 2:27, 28).

EL SÁBADO EN EL GÉNESIS

domingo 12 de febrero, 2012

Una de las grandes verdades de la Biblia es que en el Edén, un lugar perfecto creado por un Dios perfecto, el séptimo día fue puesto aparte y hecho santo. El sábado nos viene desde entonces. El sábado, es una de las verdades bíblicas fundamentales y fundacionales.

¿Qué cuatro acciones de Dios están registradas en Génesis 2:1 al 3, al crear el sábado?

Dios creó un día, el séptimo; descansó en ese día, lo bendijo y lo santificó, lo que significa que lo hizo santo, lo puso aparte para un uso santo. ¡Cuán fascinante es que Dios mismo “descansó” en el séptimo día! ¡Cuán seriamente debemos tomar ese día, ya que Dios mismo descansó en él!

Génesis 2:3 también afirma que el Creador “bendijo” el séptimo día así como había bendecido a los animales y al hombre el día anterior (Génesis 1:22, 28). Dios se refiere a esa bendición del sábado en el cuarto mandamiento del Decálogo, donde vincula el sábado de la creación con el sábado semanal.

Nota cuántas veces se repite la frase “el séptimo día” en Génesis 2:1 al 3. ¿Qué importancia tiene esta repetición?

Tres veces se menciona ese día específico. Con eso se acentúa la naturaleza extraordinaria del sábado, y lo separa del resto de la semana. Debemos recordar que Dios no hizo especial ningún otro día. La bendición destacada es para el séptimo día.

Con la creación del sábado en el séptimo día, Dios terminó su obra creativa. Tomó siete días y los organizó en una semana. Este ciclo semanal se observó en todas las Escrituras y la historia. Dios demuestra así su poder, no solo sobre el espacio y las cosas del espacio, sino también sobre el tiempo. No podemos controlar una hora, o siquiera un minuto. El tiempo invariablemente avanza, más allá de nuestras maquinaciones. Cuán importante es que aprendamos a confiar en Dios en la pequeña cantidad de tiempo que tenemos sobre la Tierra.

Piensa en la marcha del tiempo, cómo nos lleva adelante, momento tras momento, día tras día y año tras año. Aunque no tenemos control sobre el tiempo mismo, lo que podemos controlar es lo que hacemos con él. ¿Cuán bien usas tu tiempo? ¿Qué cosas ocupan tu tiempo? ¿Cómo podrías usar mejor el poco tiempo que tienes aquí?