“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).
EL MINISTERIO DE CADA MIEMBRO
Algunos cristianos se lamentan de que no tienen suficiente talento para hacer algo importante para Dios. Aunque el diablo quisiera que pensemos eso, la Biblia nos dice que todos los cristianos tienen un ministerio otorgado por Dios. Necesitamos saber cuál es, y entonces decidir que, por la gracia de Dios, lo usaremos para su gloria.
Examina Efesios 4:12 y 2 Corintios 5:15 al 20. ¿Qué enseñan estos pasajes acerca del ministerio de cada creyente?
Pablo dice que los santos han de ser equipados para un ministerio. Todo el que ha sido reconciliado con Dios por el sacrificio de Jesús recibe el ministerio de la reconciliación y es un embajador de Cristo. Un embajador representa personalmente a un soberano o jefe de Estado. Este concepto enfatiza la relación personal entre Cristo y todos los que han sido reconciliados, mientras llevan el mensaje de su amor y su gracia al mundo.
Hay mucha confusión acerca de la palabra ministerio. Hoy se ve al ministerio como algo que hace el pastor; después de todo, él está "en el ministerio". Aunque algunos que se ocupan del ministerio pastoral tienen ciertas áreas especiales de trabajo, la Escritura es firme en el sentido de que parte de la obra del pastor es equipar a los miembros para un ministerio personal.
El Nuevo Testamento da evidencias de que los primeros creyentes comprendieron el concepto del ministerio de cada miembro. Dondequiera que iban, y en cualquier circunstancia, ellos predicaban al Señor Jesús (ver Hechos 8:1-4).
Hay otra forma en la que Jesús muestra que todos tenemos un ministerio especial que realizar. Él afirmó que no vino para ser servido sino para servir (ver Mateo 20:28; Lucas 22:27) y que sus seguidores también deben ser siervos (ver Mateo 23:11; 20:26, 27). Si eso no es verdadero ministerio, entonces, ¿qué es?
Jesús no nos ordena sencillamente ser siervos, sino también nos conduce a comprender que un ministerio servidor es el resultado de nuestra conexión con él. Estos versículos afirman que estar en Cristo es continuar su ministerio.
¿Cuán dispuesto estás a servir a otros? ¿Es tu inclinación natural o tratas de obtener algo de otros en vez de dar? ¿Cómo puedes adquirir esta actitud de servicio?