“Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía” (1 Corintios 3:2).
MEDIR EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL
Cuando entregamos información bíblica mediante conferencias públicas, seminarios, o estudios bíblicos, no hay garantía de que hayamos influido sobre los presentes de un modo espiritual. Muchas personas han asistido a series de evangelización, a seminarios del Apocalipsis, a estudios bíblicos, o tal vez a todos los programas mencionados. Aunque pueden haber adquirido una comprensión intelectual de la verdad bíblica, esto no significa que hayan integrado esas verdades en sus vidas.
Entonces, ¿cómo podemos determinar mejor que las personas que oyen lo que decimos están siendo impactadas por la verdad de modo que cambien sus vidas?
Una manera importante en la que podemos medir el crecimiento espiritual de las personas es haciendo preguntas. Preguntar es una buena manera de evaluar la comprensión espiritual de una persona y su crecimiento. Es mejor hacer preguntas abiertas, que son preguntas que estimulan dar una respuesta informativa, y que no puedan ser contestadas con un sí o un no.
Algunas preguntas típicas pueden ser:
¿Qué crees que estos versículos nos están diciendo hoy? ¿Cómo compartirías esta verdad bíblica con un amigo? ¿Cómo te sientes acerca de la promesa de Dios para ti? ¿Qué cambios crees que necesitas hacer en tu vida, en tu actitud hacia otros y en el modo general en que vives, por lo que has estudiado? ¿De qué forma estas verdades te ayudan a amar más a Jesús? De todas las cosas que has estado aprendiendo, ¿qué te impresionó más? ¿Qué te da más esperanza? ¿Qué te da más temor?
Los estudios bíblicos y todas las presentaciones evangelizadoras deberían estar dispuestas en una secuencia lógica y ordenada. Es decir, los estudios más sencillos y fáciles de comprender se presentan primero, mientras que los temas más complejos se presentan más tarde en la serie, cuando haya crecido la comprensión del estudiante de la Biblia. Es importante que se hagan preguntas escrutadoras en cada estudio, para medir la comprensión y el crecimiento espirituales.
Lee los siguientes versículos y considera por qué un Dios que sabe todo hace tales preguntas: Génesis 3:9, 13; Mateo 16:13-15; 22:41-46; Marcos 9:33; Lucas 2:46. ¿Qué nos indica esto acerca de cómo hacer preguntas, que puede ser una herramienta poderosa para ayudar a la gente a crecer en la gracia de Dios?