"Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil" (Proverbios 25:12).

EVALUAR EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL

miércoles 20 de junio, 2012

"Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" (1 Samuel 16:7).

Hemos notado ya que cualquier meta fijada por personas o iglesias debe poder evaluarse. Aunque es relativamente fácil observar y evaluar el crecimiento numérico, en la iglesia hay más que números.

Queremos llenar la iglesia con personas que crezcan en su relación con Jesús, que amen a Dios y que expresen ese amor en la obediencia a sus mandamientos. No queremos hacer lo que Jesús dijo que hacían los escribas y los fariseos: "recorréis mar y tierra" (es decir, hacían esfuerzos misioneros) y hacían a sus prosélitos "dos veces más hijo[s] del infierno que vosotros" (Mateo 23:15). Esta fuerte reprensión nos muestra cuán importante es que evaluemos el crecimiento espiritual, no solo de aquellos que trajimos a la iglesia, sino de nosotros mismos.

Lee Mateo 26:41; 1 Tesalonicenses 5:17; Romanos 8:6; Efesios 6:17 y 18; 2 Timoteo 2:15 y 16; y Salmo 1:2. ¿Qué disciplinas espirituales importantes sugieren estos versículos? ¿De qué modo todas esas cosas son vitales para nuestro crecimiento espiritual?

¿Cómo podemos nosotros, pecadores necesitados de la gracia divina, evaluar algo tan "intangible" como la espiritualidad de otros? No hay una escala espiritual con la cual podamos evaluar la espiritualidad personal. Por ello, es más apropiado y útil considerar si cada creyente está en una jornada espiritual en vez de determinar en qué punto de ella se encuentra. Las indicaciones de una jornada espiritual son las disciplinas espirituales en las que participamos. Las cosas enumeradas en los versículos arriba mencionados son indicadores, pero siempre necesitamos ser cuidadosos con respecto a cómo juzgamos la experiencia de otros. Al mismo tiempo, si estamos tratando con miembros nuevos, deberíamos –de una manera bondadosa y amante– ayudarlos a entender cuán importantes son, para su crecimiento espiritual, la oración, el estudio de la Biblia y la obediencia.