"Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil" (Proverbios 25:12).

CONCLUSIÓN

viernes 22 de junio, 2012

Invita a otros a unirse a tu ministerio.

¿Has oído hablar de una banda musical de un solo hombre? Es decir, una sola persona que toca todos los instrumentos en la banda. El tambor está atado en sus espaldas y funciona con un pedal; tiene címbalos atados entre sus rodillas, y así sucesivamente. En el sentido metafórico, una banda de una persona es aquella en la que una persona desempeña todas las tareas.

Las bandas de una persona tienen el potencial de quemarse, porque no tienen el apoyo físico o emocional de un equipo. Las bandas de una persona a veces se quejan por la falta de apoyo de la iglesia, pero la congregación probablemente no tuvo la oportunidad de participar fuera de las finanzas.

Si comienzas un ministerio, o evalúas uno existente, las siguientes son sugerencias sobre cómo multiplicar tu ministerio al conseguir que otros participen:

1. Repasa qué está involucrado en cada aspecto del ministerio que emprendes, y ve cuántas personas podrían tomar parte en él.

2. Decide en qué áreas necesitas ayuda importante y busca personas clave para desempeñar esos roles. Piensa en algunos líderes de equipos.

3. Prepara un bosquejo escrito bastante detallado de todos los aspectos del ministerio. Esto será útil cuando hables con miembros en perspectiva del equipo. Así comprenderán exactamente qué se requiere de ellos.

4. Informa regularmente a toda la iglesia. Esto permitirá que todos vean que tu ministerio es parte de la estrategia general de la iglesia para la testificación y la evangelización, y es más probable que se involucren en él.

5. Realiza frecuentes reuniones con el equipo. Afirma a los miembros del equipo y repasa el progreso. Haz preguntas: “¿Cómo estamos yendo?” “¿Qué hemos hecho?” y “¿Qué sigue ahora?”

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. ¿Cuándo y cómo cruzas la línea entre la evaluación y la crítica contra la que nos advierte la Escritura?

2. Medita en las palabras de Jesús en Mateo 23:15. ¿Cómo podemos, como iglesia, evitar que esto ocurra, especialmente cuando los conversos nuevos están tan llenos de celo? ¿Cómo podemos asegurarnos de que el celo se concentre en la dirección correcta, de modo que no originemos más “hijos del infierno” en nuestro medio? Si quisiéramos crear algunos de estos hijos, ¿cuál sería la mejor manera de lograrlo?

3. Considera un ministerio que está en marcha en tu iglesia, y sugiere un buen proceso de evaluación del programa, del proceso y del personal.