"Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones" (1 Tesalonicenses 2:4).

AGRADAR A DIOS (1 TESALONICENSES 2:4-6)

martes 31 julio, 2012

Lee 1 Tesalonicenses 2:4 al 6. Describe el contraste entre la motivación de Pablo para el ministerio y las alternativas mundanas que menciona. ¿Por qué no siempre es fácil ver las diferencias? Es decir, ¿cómo puede la gente engañarse con respecto a la pureza de sus propios motivos? ¿Por qué es tan fácil hacerlo?

La palabra traducida como "aprobados" (1 Tesalonicenses 2:4) da la idea de probar o examinar. Los apóstoles permitieron que Dios probara la integridad de sus vidas y de sus intenciones. Esa prueba debía asegurarles que el evangelio que traían no era distorsionado por la diferencia entre lo que predicaban y lo que vivían.

Los filósofos populares escribían acerca de la importancia del autoexamen. Si quieres marcar una diferencia en el mundo, decían ellos, necesitas examinar tus motivos y tus intenciones. Pablo avanza un paso más. Además del autoexamen, uno es examinado por Dios. Dios verificaba que lo que Pablo predicaba fuera consistente con su vida interior. En definitiva, Dios es el único a quien vale la pena agradar.

Los humanos necesitan un sentido de valía para actuar. A menudo la buscamos acumulando posesiones, logros u opiniones positivas sobre nosotros. Pero, todo esto es frágil y temporario. El valor genuino y perdurable se encuentra por medio del evangelio. Cuando captamos que Cristo murió por nosotros, experimentamos un sentido de valor que nada en este mundo puede cambiar.

¿Qué añade 1 Tesalonicenses 2:5 y 6 a las tres motivaciones enumeradas en el versículo 3?

El concepto de adulación se basa en agradar a la gente, pero es una base pobre para la evangelización. Pablo no está motivado por lo que otras personas piensen de él. También elimina otra motivación humana para el ministerio: el dinero. La gente bendecida por el ministerio de alguien está ansiosa de dar dinero a ese ministerio o comprar sus productos. Esto puede tentar a los obreros de Dios a perder su concentración en la única motivación que realmente importa, que es agradar a Dios.

¿Qué piensas que le agrada a Dios de tu vida, y por qué? ¿Qué piensas que no le agrada, y por qué?

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