“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:3).
CONCLUSIÓN
“El apóstol Pablo advirtió a la iglesia que no debía esperar la venida de Cristo en tiempos de él. [...] Solo después de que se haya producido la gran apostasía y se haya cumplido el largo período del reino del ‘hombre de pecado’, podemos esperar el advenimiento de nuestro Señor. El ‘hombre de pecado’, que también es llamado ‘misterio de iniquidad’, ‘hijo de perdición’ y ‘el inicuo’, representa al Papado, el cual, como está predicho en las profecías, conservaría su supremacía durante 1.260 años” (CS 405).
“El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará por el Cristo. [...] En tono amable y compasivo, enuncia algunas de las verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de reposo del sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día bendecido por él. [...] Solo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras [...] serán protegidos de los poderosos engaños que cautivarán al mundo” (ibíd. 682, 683).
“Al presentar el mensaje, no hagáis ataques personales a otras iglesia, ni aun a la Iglesia Católica Romana. Los ángeles de Dios ven en las diferentes confesiones a muchas personas que pueden ser alcanzadas únicamente merced al mayor cuidado. Por lo tanto, seamos cuidadosos de nuestras palabras. [...] Hablad la verdad en tonos y palabras de amor” (Ev 429).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Hoy muchos creen que el Papado ha cambiado y, en algunos sentidos, es cierto. No obstante, en los temas básicos de la salvación, todavía procura usurpar lo que Cristo hizo y está haciendo por nosotros. Todavía es el poder descrito en la profecía. ¿Cómo podemos mantenernos firmes en nuestra posición bíblica con respecto a Roma mientras lo hacemos con amor cristiano, paciencia y tacto?
2. Como iglesia, se nos confronta con personas que aparecen con nuevas fechas para los eventos finales, nuevos diagramas, nuevas teorías. Aunque debemos mantenernos abiertos a nueva luz, ¿cómo debemos tratar con estos desafíos?
RESUMEN: Al corregir algunos conceptos equivocados acerca de los eventos finales, Pablo nos presenta verdades preciosas sobre el tema. Siempre debemos recordar que el problema vital no es el tiempo de los eventos finales o siquiera todos los detalles, sino de qué lado de la gran controversia elegimos estar.