“Así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” (2 Tesalonicenses. 2:15).
MANTENER FIEL A LA IGLESIA
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 2 Tesalonicenses 2:13-3:18; Hechos 17:11; Lucas 10:25-28; Mateo 7:24-27; 18:15-17.
PENSAMIENTO CLAVE: Aun con todas las grandes y gloriosas promesas para el futuro, tenemos que tratar con luchas y desafíos diarios en la iglesia. La iglesia de Tesalónica no era una excepción.
LAS IGLESIAS SE PARECEN mucho a las plantas. Si una planta no crece, morirá. En otras palabras, el cambio es parte de la forma en que Dios diseñó las plantas. En forma similar, una iglesia que no cambia y crece también morirá. Pero, no todo cambio es bueno pues este puede llevarnos a ser diferentes de lo que somos. Puede causarnos perder contacto con el propósito de Dios para nosotros. La Iglesia Adventista debe estar especialmente en guardia, porque solo nosotros proclamamos este mensaje de la verdad presente. Es una gran responsabilidad que todos, laicos y ministros, no debemos olvidar.
Por medio de la revelación y el consenso guiado por el Espíritu, Dios ha conducido a la iglesia aún a más luz. La luz del pasado ayuda a la iglesia a navegar por las traicioneras aguas del cambio. La palabra final de Pablo a los Tesalonicenses nos provee conducción inspirada en esta área vital.