“Así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” (2 Tesalonicenses. 2:15).
FIELES POR ELECCIÓN DIVINA
El lenguaje, aquí, nos recuerda la oración de comienzos de 1 Tesalonicenses. Es casi como si Pablo estuviera volviendo al principio, creando una conclusión natural a este par de cartas. Aquí, Pablo expresa su preocupación por que los creyentes de Tesalónica no se desvíen del sendero que habían iniciado.
Lee 2 Tesalonicenses 2:13 al 17. ¿Por qué razones agradece Pablo a Dios por los tesalonicenses? En este pasaje, ¿qué les pide que hagan? ¿De qué modo estas palabras son pertinentes para nosotros hoy?
Las vidas de los tesalonicenses daban evidencias a Pablo de que eran "los primeros en alcanzar la salvación" (DHH). Otras traducciones dicen "desde el principio". Aunque la salvación es un don, se experimenta por la santificación del Espíritu y la creencia en la verdad.
La vida del creyente es más que una experiencia subjetiva; está fundada en la verdad. Por eso, Pablo estaba preocupado porque los tesalonicenses se mantuvieran aferrados a las doctrinas que les había enseñado, tanto por carta como mediante la palabra hablada. A menudo, la gente deja de aferrarse a la verdad con el paso del tiempo; por eso, quienes nos predican y enseñan deben apoyarnos y afirmarnos.
En los primeros días de la iglesia, se prefería la tradición oral sobre la escrita. La tradición oral puede sufrir menos distorsiones no intencionadas. El tono de la voz y los gestos comunican un significado más exacto que las palabras escritas. Por eso, la predicación como método de comunicación nunca envejece.
Pero, la tradición escrita, como son las cartas de Pablo, está menos sujeta a la distorsión intencional de quienes quieran alterar el evangelio para sus propios propósitos. La palabra escrita provee una norma segura e invariable para probar los mensajes orales que llegan por la predicación. En el libro de Hechos, los bereanos fueron felicitados porque combinaban la atención a los mensajes orales con un examen cuidadoso de las Escrituras (Hechos 17:11).
Siempre operan fuerzas que tratan de separarnos de la verdad. Considera cómo tú mismo has cambiado con el tiempo. ¿Revelan estos cambios un lento y constante afirmarte en la verdad, o un lento y constante alejarte de ella? ¿En qué dirección se mueve tu vida?