“Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado” (Salmos 100:3).
LA IMAGEN DE DIOS: Segunda parte
Cualquier otra cosa que signifique “hechos a la imagen de Dios” también muestra que fuimos hechos para tener relaciones. ¿Cuáles son esas relaciones, y cómo deberíamos actuar con ellas, siendo lo que somos?
Lee Génesis 2:19, 20. ¿Qué nos indica esto, en forma directa, acerca de la relación de la humanidad con el mundo?
Nota la autonomía, la libertad, dada aquí a Adán. Debía dar nombres a las criaturas que Dios había creado. Dios no les dio sus nombres, sino que dejó esa tarea a Adán. El texto sugiere que Dios aceptaría los nombres que Adán les diera a las criaturas.
Lee Génesis 2:20-25. ¿Cómo revelan estos versículos los aspectos relacionales para estos seres hechos a la imagen de Dios?
Se han escrito muchos comentarios acerca del significado de estos versículos. Lo fascinante aquí, entre otras cosas, es la cercanía y la intimidad que debían existir entre Adán y Eva. Adán fue creado del suelo; y Eva, de Adán (algo que ayuda a distinguirla de cualquier otra criatura de la Tierra). Ser hechos a la imagen de Dios, entonces, indudablemente genera la capacidad de tener relaciones estrechas y amantes (lo que ciertamente refleja la relación dentro de la Deidad misma).
Ahora estudia Génesis 1:27 junto con Génesis 3:20 y Hechos 17:26. ¿De qué forma la unidad entre la primera pareja de seres humanos se extendió para cubrir la unidad de toda la raza humana? ¿Qué tiene que decir la unidad de la humanidad acerca de problemas éticos tales como la justicia, el racismo, etc.?