“Esto os escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3:14, 15).
LA NATURALEZA DE LA IGLESIA: Segunda parte
Además de la palabra ecclesia, el Nuevo Testamento describe a la iglesia con varias imágenes que explican más sobre su naturaleza y su función. Hoy veremos solo dos conceptos: la iglesia como pueblo de Dios, y la iglesia como cuerpo de Cristo.
1. El "pueblo de Dios", como concepto, se aplica en la Biblia a los hijos de Israel (Deuteronomio 14:2). Lee 1 Pedro 2:9, donde el concepto se aplica a los cristianos. ¿Cómo entendemos lo que esto significa para nosotros hoy?
Nota que aun al aplicar este concepto a los cristianos, todavía se usa para describir a la nación de Israel (Lucas 1:68; Romanos 11:1, 2). El Nuevo Testamento aplica el concepto a la iglesia en una forma que sugiere continuidad y consumación. (Ver Gálatas 3:29.)
2. "Cuerpo de Cristo": Romanos 12:5; 1 Corintios 12:27 y Efesios 1:22, 23 describen a la iglesia como el cuerpo de Cristo. ¿De qué modo estos textos nos ayudan a comprender mejor su naturaleza y sus funciones?
Estos textos dan numerosas ideas; tal vez la más obvia sea la unidad que debería verse en la iglesia. Esto es una idea expresada en otras partes del Nuevo Testamento, especialmente en 1 Corintios 12, donde Pablo escribe: "Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?" (1 Corintios 12:12-17).
Algunas personas sufren una enfermedad autoinmune: su sistema inmunológico, que debería proteger al cuerpo, lo ataca. Piensa en las implicaciones de esta analogía de la iglesia como el "cuerpo de Cristo".