"Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Génesis 3:15).

LA MUJER Y LA SERPIENTE

lunes 4 de febrero, 2013

Lee Génesis 3:2 y 3. ¿Cómo contestó la mujer a la serpiente? ¿Qué error cometió?

Aunque Eva conocía claramente el mandato de Dios, lo que muestra su culpabilidad, ella hace una afirmación que va más allá de lo que, según el registro bíblico, Dios había dicho. Las claras instrucciones dadas a Adán y a Eva eran que no comiesen de ese árbol; nada se dice acerca de tocarlo. Como no sabemos qué la animó a decir eso, es mejor no especular acerca de su origen. Sin duda, al pensar que no debería tocar la fruta, ella habría estado menos inclinada a comerla, porque no podía comer lo que no podía tocar.

¿Cuán a menudo afrontamos lo mismo hoy: alguien viene con una enseñanza que, en la mayoría de los puntos, aunque no en todos, está en armonía con las Escrituras? Son esos pocos puntos lo que puede arruinar todo lo demás. El error, aun mezclado con la verdad, sigue siendo error.

Lee Mateo 15:7-9. ¿Qué reprensión les dio Jesús a los escribas y fariseos con respecto a añadir el pensamiento humano a la Palabra de Dios? Compara esto con Apocalipsis 22:18, y Colosenses 2:20-23. ¿Qué peligro surge de fabricar reglas que pensamos que nos protegerán contra el pecado? Versiculo 23.

El problema con el pecado no es la falta de reglas, sino un corazón condenado. Aun en una sociedad secular, a menudo oímos pedidos de más leyes contra el crimen, aunque ya existan suficientes leyes. No necesitamos tanto leyes nuevas como corazones nuevos.

¿De qué manera estamos en peligro si seguimos aquello contra lo cual se nos advierte aquí? Las normas basadas en los principios bíblicos son vitales. La pregunta es: ¿Cómo podemos estar seguros de que las normas y reglas que aplicamos no nos desviarán? Lleva tu respuesta a la clase.