Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre.
Oseas 12:6
AMOR Y JUICIO: EL DILEMA DE DIOS
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:Oseas 7:11, 12; 10:11-13; Mateo 11:28-30; Romanos 5:8; 1 Pedro 2:24; Oseas 14.
PENSAMIENTO CLAVE: Oseas revela más del amor de Dios por su pueblo descarriado.
UNA MANERA COMÚN en la que los autores bíblicos hablan acerca de la relación de amor de Dios con su pueblo es el uso de metáforas. Una metáfora transmite algo profundo acerca de un tema poco conocido por medio de algo que ya es conocido o familiar. Las metáforas son símbolos, usados para explicar algo diferente de sí mismos.
Las dos metáforas bíblicas más comúnmente usadas con respecto a la relación de Dios con su pueblo son las metáforas de esposo-esposa, y padre-hijo. La semana pasada observamos la metáfora de esposo-esposa. Esta semana consideraremos unas pocas metáforas más de Oseas, de las cuales la más dominante es, realmente, la de padre-hijo.
Oseas usó metáforas por la misma razón por la que Jesús enseñó en parábolas: Primero, para explicar verdades acerca de Dios por medio de cosas de la vida que eran familiares para sus oyentes; segundo, para impresionar en la mente de la gente importantes principios espirituales que pudieran ser aplicados a la existencia diaria.