"Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra" Zac. 9:16
El Buen Pastor
Durante siglos, los lectores de la Biblia, tanto judíos como cristianos, encontraron que el libro de Zacarías tiene numerosas referencias al Mesías y a los tiempos mesiánicos. Por supuesto, los cristianos han comprendido que estos pasajes se aplican a la vida y el ministerio de Jesucristo: el Rey triunfante aunque pacífico (Zac. 9:9), el que fue traspasado (Zac. 12:10), el Pastor que fue herido (Zac. 13:7).
En Zacarías 13:7 al 9, se muestra al profeta una escena en la que la espada del juicio de Dios sale contra el Buen Pastor. En una ocasión previa, el profeta vio que se levantaba la espada contra el “pastor inútil” (Zac. 11:17). Pero, en este pasaje, el Buen Pastor es herido, y el rebaño se dispersa. Su muerte resulta una gran prueba para el pueblo de Dios, durante la cual algunos perecen; no obstante, todos los fieles quedan refinados.
Lee Mateo 26:31 y Marcos 14:27. ¿Cómo aplicó Jesús esta profecía a lo que sucedería esa noche? Más importante, ¿qué debe enseñarnos todo este incidente, el de los discípulos que huyeron frente a la adversidad (ver Mat. 26:56; Mar. 14:50)? ¿Qué nos dice acerca de la fidelidad de Dios en contraste con la infidelidad humana?
La imagen de Dios como pastor se encuentra en muchos lugares de la Biblia. Comienza en el libro de Génesis (Gén. 48:15; “el Dios que ha sido mi pastor”, BJ), y termina en Apocalipsis (Apoc. 7:17). Por medio de Ezequiel, Dios reprendió a los pastores irresponsables de su pueblo, y prometió buscar a las ovejas perdidas y cuidar de ellas. Aplicando estas palabras a sí mismo, Jesús declaró que él es el Buen Pastor, que pone su vida por las ovejas (Juan 10:11).
Piensa en las ocasiones en las que has sido infiel a Dios. A pesar de eso, ¿cómo sigue él mostrándote misericordia y gracia? ¿Cuál debe ser tu respuesta a esa misericordia y gracia?