"Defiende mi causa, y redímeme; vivifícame con tu palabra" Salmos 119:154

PODER CREADOR DE LA PALABRA

lunes 15 julio, 2013

Lee Hebreos 4:12. El pasaje declara que la Palabra de Dios es viva, poderosa y más aguda que una espada de dos filos, que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. ¿De qué modo la Palabra es viva? ¿Qué significa eso?

¿De qué modo la Palabra de Dios es diferente del consejo inteligente de cualquier otro sabio maestro, pastor o consejero? ¿Qué dicen los si­guientes textos acerca del poder de la Palabra de Dios? Sal. 33:6, 9; Heb. 11:3; 2 Tim. 3:16, 17.

Hay valor en un consejo humano sabio. A todos nos ha ayudado el consejo de otros. El problema es que el consejo humano no lleva consigo el poder de realizar la clase de cambio que puede producir la Palabra de Dios. Esta es un agente de cambio vivo y dinámico. El mismo poder que había en la palabra hablada de Dios en la creación está en su palabra escrita. Al aceptar los mandamientos y las promesas por fe, recibimos el poder del Espíritu Santo para realizar aquello que ordena Cristo.

"En la palabra de Dios está la energía creadora que llamó los mundos a la exis­tencia. Esta palabra imparte poder; engendra vida. Cada orden es una promesa; aceptada por la voluntad, recibida en el alma, trae consigo la vida del Ser infinito. Transforma la naturaleza y vuelve a crear el alma a imagen de Dios" (Ed 126)

Una lectura superficial de la Palabra de Dios muy pocas veces produce un reavivamiento espiritual. Estudiar la Biblia para demostrar la posición que tiene uno, o para convencer a algún otro de sus errores, hace muy poco bien a nuestra propia vida espiritual. El cambio viene cuando leemos la Palabra de Dios con oración, pidiendo que el Espíritu Santo nos dé el poder de ser más semejantes a Jesús. Una transformación real ocurre cuando pedimos al Dios de la creación que nos re-cree a su imagen. El cambio se produce cuando las enseñanzas de Jesús que están en las Escrituras llegan a ser parte de nuestras vidas, y vivimos "de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4).

¿De qué modo ha cambiado tu vida el poder de la Palabra de Dios? ¿En qué áreas necesitas ver más de ese cambio?

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