“Y harán un Santuario para mí, y habitaré en medio de ellos” Éxodo 25:8

EL CENTRO DE ACTIVIDAD DIVINA Y COMUNAL

miércoles 23 de octubre, 2013

Lee 1 Reyes 8:31 al 53. ¿Qué más nos enseña este texto acerca de la función del Santuario?

En la ceremonia de dedicación del Templo recién construido, el rey Salomón ofreció siete casos de oraciones específicas que podían ofrecerse en el Templo. Las siete funciones ejemplifican el extenso rol del Templo en la vida de los israelitas. El Templo era un lugar para buscar perdón (vers. 30); para presentar juramentos (vers. 31, 32); para suplicar cuando fueran derrotados (vers. 33, 34); para pedir cuando enfrentaban una sequía (vers. 35, 36) u otros desastres (vers. 37-40). También era el lugar para que oraran los extranjeros (vers. 41-43), así como un lugar para pedir la victoria (vers. 44, 45).

Llega a ser evidente que el Templo tenía la intención de ser una “casa de oración para todos los pueblos” (Isa. 56:7), por el hecho de que Salomón preveía que los israelitas, los extranjeros y todo el pueblo fueran los suplicantes.

El Santuario era el centro ideológico de básicamente toda la actividad en Israel. La religión no era parte de la vida de un creyente, ni siquiera una parte principal: era la vida. ¿Qué nos dice esto acerca del lugar que debería tener nuestra fe en nuestra propia vida?

Cuando la gente quería recibir consejos o juicios, o si se arrepentía de sus pecados, iba al Santuario. El Santuario fue también el eje de la vida durante los años que Israel pasó en el desierto. Cuando Dios deseaba comunicarse con su pueblo, lo hacía desde el Santuario (Éxo. 25:22). Por lo tanto, es apropiado llamarlo el “Tabernáculo de reunión” (por ejemplo, Lev. 1:1).

Piensa en tu vida de oración. ¿Cuán profunda, cuán rica, cuán afirmadora de tu fe y transformadora de tu vida es ella? Tal vez la primera pregunta que tienes que hacerte es: ¿Cuánto tiempo paso en oración?