“Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”

Hebreos 10:21 y 22

FE: TENER CONFIANZA

martes 24 de diciembre, 2013

Lee Hebreos 10:19 al 25 otra vez. Un tema que aparece una y otra vez es el de la “confianza”. La palabra griega para “confianza” (Heb. 10:19) se refiere a osadía, valor y coraje, que en el Nuevo Testamento describe nuestra relación nueva con Dios.

Originalmente, la palabra se refería a la libertad de palabra, que, en este contexto, podría significar específicamente que uno puede acercarse libremente a Dios en oración. Este tipo de apertura en nuestra relación con Dios produce una confianza gozosa. La razón y el objeto de nuestra confianza es que tenemos un Sumo Sacerdote en el cielo por medio del cual podemos tener acceso a la presencia de Dios. Este acceso es ilimitado, y no está bloqueado por nada sino por nosotros mismos y nuestras elecciones equivocadas. Tenemos una invitación abierta a ir al Santuario celestial.

¿De dónde procede esta confianza? No es producida por nosotros mismos, sino por reconocer, otra vez, que la sangre de Jesús ha ganado el acceso a la presencia de Dios para nosotros.

Hay otros textos en Hebreos que hablan acerca de la confianza y la certeza: Heb. 3:6 y 14; 4:16; 6:11; 11:1. ¿Qué clase de confianza describen estos textos?

La seguridad y la confianza no están basadas en nosotros mismos, sino solo en Cristo. Estas condiciones no dependen de quiénes somos sino de quién es nuestro Mediador. Es interesante que no se menciona que los creyentes tuvieran nada menos que “plena certidumbre” (Heb. 6:11; 10:22). Obviamente, el camino nuevo que ha sido abierto para siempre por medio de la muerte de Jesús nos conducirá sin falta a una plena confianza. No se espera nada menos que eso.

Hay dos maneras de obtener la confianza cristiana y mantenerla con fe. Una es por medio de la fe misma (Efe. 3:12); la otra es por medio de un fiel servicio cristiano en favor de otros (1 Tim. 3:13). Ambos aspectos son necesarios e importantes. También en Hebreos, la certidumbre de fe y la exhortación a probarse como cristiano van de la mano. La vida cristiana nunca está separada de la fe cristiana.

¿Qué cosas en la vida desafían tu confianza en Dios, o tu plena certidumbre de su buena voluntad hacia ti? ¿Qué puedes hacer para ayudar a protegerte de este peligro espiritual?