“Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”

Romanos 10:4

LA LEY Y LA GRACIA (Rom. 6:15-23)

lunes 12 de mayo, 2014

Uno de los conceptos más difíciles de comprender para los cristianos es la función permanente de la Ley para los que son salvados por gracia. Si un creyente alcanza la justicia al aceptar la suficiencia de la vida y la muerte de Jesús, ¿por qué todavía es necesario guardar la Ley? Esta pregunta presenta otra oportunidad para repetir un punto clave: la Ley nunca tuvo la intención de proveer salvación; su función (después de la Caída) era definir el pecado. Al final, la Cruz no niega la necesidad que tiene una persona de seguir la Ley de Dios, así como el hecho de que alguien haya sido perdonado por exceder la velocidad máxima no implica que pueda seguir haciéndolo.

De acuerdo con Romanos 6:12 y 15 al 23, ¿cuáles son las implicaciones de vivir una vida de gracia? Ver especialmente Rom. 6:12, 15, 17.

La gracia y la Ley no son opuestas; no se niegan la una a la otra. Por el contrario, están fuertemente conectadas. La Ley, por cuanto no puede salvarnos, nos muestra por qué necesitamos la gracia. La gracia no se opone a la Ley, sino a la muerte. Nuestro problema no es la Ley en sí misma, sino la muerte eterna que resulta de violarla.

Pablo advierte al cristiano que sea cuidadoso al usar el don prometido de la gracia como una excusa para pecar (Rom. 6:1215). Por cuanto el pecado es definido por la Ley, cuando Pablo les dice a los cristianos que no pequen, básicamente les está diciendo: ¡Guarden la Ley, obedezcan los Mandamientos!

“Pablo había exaltado siempre la Ley divina. Había demostrado que en la Ley no hay poder para salvar a los hombres del castigo consecuencia de la desobediencia. Los que han obrado mal deben arrepentirse de sus pecados y humillarse ante Dios, cuya justa ira han provocado al violar su Ley; y deben también ejercer fe en la sangre de Cristo como único medio de perdón”

HAp, p. 324

¿Por qué es tan fácil quedar atrapado por la lógica defectuosa que dice que, por no ser salvados por la Ley, ya no necesitamos obedecerla?