“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo”

Marcos 2:27 y 28

Cristo, el Señor del Sábado

lunes 8 de septiembre, 2014

Lee Mateo 12:1 y 2. ¿Qué está sucediendo aquí? ¿Por qué los fariseos considerarían “no lícita” esta acción?

Deuteronomio 23:25 afirma: “Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo”. El problema, entonces, no era la acción en sí misma, sino el día en el que se realizaba. Las normas rabínicas específicamente prohibían muchos tipos de trabajo en sábado, tales como segar, trillar y aventar el grano. Según los fariseos, al arrancar las espigas, frotarlas con las manos y separar el grano de la cáscara, los discípulos eran culpables de realizar todos esos trabajos.

¿Qué importancia tienen los ejemplos que Jesús utilizó al responder a los fariseos? Mat. 12:3-5.

Con el primer ejemplo (1 Sam. 21:1-6), Cristo argumentó que, aunque en circunstancias normales David y sus hombres no debían comer el pan que solo consumían los sacerdotes (Lev. 24:9), por causa del peligro que amenazaba sus vidas, sus acciones debían ser consideradas una transgresión permitida de una regla ceremonial. El segundo ejemplo que mencionó Jesús (Mat. 12:5) se refiere a los sacrificios y ofrendas ordenados para el sábado en los servicios del Templo, que eran el doble de los sacrificios ofrecidos en cualquier otro día (Núm. 28:9, 10). Los judíos mismos reconocían que el servicio del Templo era más importante que el sábado.

Luego de citar estos ejemplos, Jesús pronunció dos declaraciones que vindican su autoridad para redefinir la pesada observancia del sábado requerida por los fariseos: (1) “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Mar. 2:27). Con esto, Jesús reafirma el origen edénico del sábado y redefine las prioridades incorrectas de los fariseos en cuanto al hombre y el día de reposo: el sábado fue creado para beneficiar a los seres humanos y sigue siendo un don, otorgado por Dios, al servicio de la humanidad en vez de estar la humanidad al servicio del sábado. Y (2), al decir: “el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo” (Mar. 2:28), Cristo ratificó su posición como Creador y Legislador del sábado. Por lo tanto, solamente él tenía la autoridad para liberar el sábado de estos mandamientos de hombres.

¿De qué maneras tu observancia del sábado puede corroborar que el Señor del sábado es también el Señor de tu vida?