“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe” Luc. 17:5
ESTÉN PREPARADOS Y VIGILANTES
“En toda época, los que siguieron a Cristo necesitaron vigilancia y fidelidad; pero ahora, estando en el mismo umbral del mundo eterno, y teniendo las verdades que tenemos, tanta luz y una obra tan importante, debemos duplicar nuestra diligencia” TI 5:435, 436
Lee Lucas 12:35 al 53, y resume lo que estos versículos significan específicamente para ti, en especial si has esperado por mucho tiempo la segunda venida de Jesús.
Los cristianos no pueden darse el lujo de ser letárgicos o laxos. En el contexto de la segura venida, y por la hora desconocida de ella, deberíamos mantener ceñidas nuestras vestiduras y nuestras lámparas encendidas. La esperanza escatológica debe ser la fuerza impulsora de nuestra vida, nuestra preparación y fidelidad. Esta fidelidad en hacer su voluntad sobre la Tierra y estar listos para encontrarnos con él en paz es lo que distingue a los siervos buenos de los malos.
Cualquier descuido en la fidelidad con el pretexto de que “mi Señor tarda en venir” (Luc. 12:45) es ponerse bajo la forma más severa del juicio de Dios (vers. 45-48). Cuanto mayor es el privilegio, mayor es la responsabilidad y, por ello, mucho se espera de los que mucho recibieron (vers. 48).
El juicio del antiguo profeta: “¡Ay de los reposados en Sion!” (Amós 6:1) parece reflejarse en la advertencia de Cristo de que el discipulado cristiano no es un estado de comodidad. Pablo explica que la vida cristiana es una guerra espiritual (Efe. 6:12). El foco está puesto en que cada cristiano está involucrado en el conflicto cósmico entre Cristo y Satanás, y la Cruz fija una línea clara entre ambos bandos. Solo por una fe constante en el Cristo de la Cruz podemos obtener la victoria final.
“Porque a todo aquel a quien se ha dado mucho, mucho se le demandará” (Luc. 12:48). ¿Qué significa este texto para nosotros como adventistas?